Investigadores de Mass Eye and Ear y Northeastern University han descubierto una respuesta inmune no identificada previamente dentro de la nariz que combate los virus responsables de las infecciones de las vías respiratorias superiores. Pruebas adicionales han revelado que esta respuesta protectora se inhibe en temperaturas más frías, lo que hace que sea más probable que ocurra una infección.
El nuevo estudio, publicado hoy en The Journal of Allergy and Clinical Immunology , ofrece el primer mecanismo biológico para explicar por qué los virus como el resfriado común, la gripe y el COVID-19 tienen más probabilidades de aumentar en las estaciones más frías.
La nariz es uno de los primeros puntos de contacto entre el ambiente exterior y el interior del cuerpo y, como tal, un probable punto de entrada para los patógenos causantes de enfermedades.
Los investigadores analizaron cómo las células y las muestras de tejido nasal recolectadas de la nariz de pacientes sometidos a cirugía y voluntarios sanos respondieron a tres virus: un solo coronavirus y dos rinovirus que causan el resfriado común.
Descubrieron que cada virus desencadenó una respuesta de enjambre(EV) de las células nasales, aunque utilizando una vía de señalización diferente a la utilizada para combatir las bacterias. Los investigadores también descubrieron un mecanismo en juego en la respuesta contra los virus: tras su liberación, los vehículos eléctricos actuaron como señuelos, transportando receptores a los que el virus se uniría en lugar de las células nasales.
Luego, los investigadores probaron cómo las temperaturas más frías afectaron esta respuesta, que es especialmente relevante en la inmunidad nasal dado que la temperatura interna de la nariz depende en gran medida de la temperatura del aire exterior que inhala. Tomaron voluntarios sanos de un ambiente a temperatura ambiente y los expusieron a temperaturas de 4,4 °C (39,9 °F) durante 15 minutos y descubrieron que la temperatura dentro de la nariz descendía unos 5 °C. Luego aplicaron esta reducción de temperatura al tejido nasal y observaron una respuesta inmunitaria atenuada. La cantidad de EV secretados por las células nasales disminuyó en casi un 42 % y las proteínas antivirales en los EV también se vieron afectadas.
Los estudios futuros tendrán como objetivo replicar los hallazgos con otros patógenos. Los estudios podrían llevarse a cabo como estudios de desafío, donde un modelo animal o humano se expone a un virus y se mide su respuesta inmune nasal.
A partir de sus hallazgos los investigadores también pueden imaginar formas en que la terapia puede inducir y fortalecer la respuesta inmune innata de la nariz. Por ejemplo, se podría diseñar una terapia con medicamentos, como un aerosol nasal, para aumentar la cantidad de vehículos eléctricos en la nariz o los receptores de unión dentro de las vesículas.
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