La revolución digital se ha convertido en un vasto experimento imprevisto, y los niños son sus participantes más expuestos. A medida que aumentan los diagnósticos de TDAH en todo el mundo, surge una pregunta clave: ¿podría el creciente uso de dispositivos digitales estar influyendo?
Para
explorar esto, estudiaron a más de 8000 niños, desde los diez años hasta los
14. Les preguntaron sobre sus hábitos digitales y los agruparon en tres
categorías: videojuegos, televisión/vídeo y redes sociales (TikTok, Instagram,
Snapchat, X, Messenger y Facebook.).
Analizaron
si su uso se asociaba con cambios a largo plazo en los dos síntomas principales
del TDAH: falta de atención e hiperactividad. El principal hallazgo fue que el
uso de las redes sociales se asoció con un aumento gradual de la falta de
atención. Jugar o ver videos no. Estos patrones se mantuvieron estables incluso
después de considerar el riesgo genético de los niños para el TDAH y los
ingresos familiares.
También
analizaron si la falta de atención podría inducir a los niños a usar más las
redes sociales. No fue así. El resultado fue unidireccional: el uso de las
redes sociales predijo una mayor falta de atención posterior. Se desconocen los
mecanismos por los cuales los medios digitales afectan la atención. Sin
embargo, la ausencia de efectos negativos de otras actividades frente a
pantallas nos permite descartar cualquier efecto negativo general de las
pantallas, así como la idea de que todos los medios digitales producen
"subidones de dopamina" que alteran la atención de los niños.
Las
redes sociales introducen distracciones constantes, lo que impide mantener la
atención en cualquier tarea. Los juegos, por otro lado, se desarrollan durante
sesiones limitadas, no a lo largo del día, e implican una concentración
constante en una tarea a la vez.
El
efecto de las redes sociales, según mediciones estadísticas, no fue
significativo. No fue suficiente para que una persona con atención normal se
convirtiera en TDAH. Pero si toda la población se vuelve más distraída, muchos
cruzarán la frontera del diagnóstico. En teoría, un aumento de una hora en el
uso de redes sociales en toda la población incrementaría los diagnósticos en
aproximadamente un 30 % . Si bien esto es una simplificación, ya que los
diagnósticos dependen de muchos factores, ilustra cómo incluso un efecto
pequeño a nivel individual puede tener un impacto significativo cuando afecta a
toda la población.
Numerosos
datos sugieren que hemos visto al menos una hora más de uso diario de redes
sociales durante las últimas dos décadas. Hace veinte años, las redes sociales
apenas existían. Ahora, los adolescentes pasan unas cinco horas diarias en ellas.
El porcentaje de adolescentes que afirman estar "constantemente conectados" ha aumentado del 24 % en 2015 al 46 % en 2023. Dado que el uso de las redes sociales ha aumentado de prácticamente cero a unas cinco horas diarias, esto podría explicar una parte sustancial del aumento de los diagnósticos de TDAH en los últimos 15 años.


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