En el Canadian Journal of Ophthalmology fue publicado un estudio de caso donde
una paciente de 29 años presento un caso grave de conjuntivitis y síntomas
respiratorios mínimos. Después de varios días de tratamiento mostro poca
mejoría, por ello le realizaron la prueba del
COVID-19 y resultó positiva.
Lo interesante en este caso fue
que la presentación principal de la enfermedad no fue un síntoma respiratorio,
ni hubo fiebre, por lo que no sospecharon COVID-19 al principio y los estudios
académicos identificaron la conjuntivitis como un síntoma secundario en alrededor
del 10 al 15 % de los casos de COVID-19.
Desde entonces, los científicos han adquirido un mayor conocimiento de cómo el
virus puede transmitir y afectar el sistema de membranas y mucosas del cuerpo,
de las cuales la conjuntiva, es una extensión.
Los pacientes que ingresen con
conjuntivitis y queratoconjuntivitis ahora se deben tratar como casos
potenciales de COVID-19 y el personal tiene que tomar precauciones adicionales.
Los autores recomienda encarecidamente a los médicos o personal que realizan un
examen de la vista que usen equipo de protección personal para minimizar la
posible exposición a la enfermedad.
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