Los videos populares sobre alimentación y desafíos alimentarios en las redes sociales están saturados de mensajes que podrían promover trastornos alimentarios y estándares corporales poco realistas, según revela una nueva investigación.
Un estudio de la Universidad de Flinders, analizó 180 videos
de alta participación en YouTube, TikTok y el sitio chino para compartir videos
Bilibili, y encontró patrones consistentes en su representación del consumo de
alimentos y la apariencia corporal.
Al realizar el primer análisis de contenido de este tipo en
plataformas para compartir videos, el equipo analizó qué tipos de alimentos se
consumían y cómo, los tipos de cuerpo de los presentadores, además de analizar
los comentarios e interacciones de los espectadores. Descubrieron que casi tres
cuartas partes de los videos mostraban personas comiendo en exceso y muchos
también mostraban comportamientos potencialmente peligrosos, como comer
alimentos extremadamente picantes o azucarados o comer cantidades excesivas de
comida en un corto período de tiempo. A pesar de esto, casi la mitad de los
videos presentaban presentadores de cuerpo delgado, y los videos de Bilibili
eran los más propensos a agregar filtros para mejorar la apariencia. A partir
de los comentarios e interacciones, observaron que las personas expresaron
envidia hacia los presentadores delgados o comentaron sobre sus propios
objetivos de peso, lo que indica un profundo interés en las comparaciones
basadas en la apariencia.
Las similitudes entre las tres plataformas incluyen que el
mukbang es el tipo de video más popular, una alta proporción de cuerpos
delgados o de tamaño promedio y una propensión a mostrar platos salados más que
dulces. Sin embargo, surgieron claras diferencias entre las plataformas:
YouTube era más propenso a mostrar conductas alimentarias extremas, mientras
que los videos de TikTok a menudo involucraban presentadoras más jóvenes, eran
más cortos y se consumía menos comida. Las diferencias culturales también
jugaron un papel: las comidas asiáticas sabrosas dominaron naturalmente en
Bilibili, mientras que la comida rápida y los desafíos de alimentación al
estilo occidental fueron más comunes en YouTube.
Debemos tener en cuenta las diferencias culturales en juego,
así como las diferencias en las características de la plataforma y la
demografía de los usuarios, si queremos ayudar a los espectadores a reflexionar
críticamente sobre lo que ven y protegerlos de posibles daños.
El estudio plantea preguntas importantes sobre cómo las
plataformas de redes sociales regulan el contenido relacionado con la comida,
la salud y la imagen corporal, especialmente para el público más joven ya que estos
videos generan mucha interacción y tienen el potencial de afectar negativamente
la conducta alimentaria y la imagen corporal de los espectadores , y debemos
ser conscientes del impacto si su popularidad continúa.
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