Un estudio del Northwestern
Medicine encontró que el gen aromatasa, es quien regula el comportamiento
sexual en los hombres y, por lo tanto, puede ser afectado por medicamentos para
aumentar o disminuir el deseo sexual. La aromatasa convierte la testosterona en
estrógeno en el cerebro, lo que impulsa la actividad sexual masculina.
Cuando los científicos de
Northwestern eliminaron la aromatasa selectivamente en el cerebro, la actividad
sexual en ratones machos disminuyó en un 50%, a pesar de tener niveles más altos
de testosterona en sangre en comparación con los ratones machos de control. El trastorno
del deseo sexual hipoactivo, es una afección común y puede ser un efecto
secundario de medicamentos de uso generalizado, como una categoría de
antidepresivos conocidos como ISRS. Un tratamiento para estimular la aromatasa podría aumentar el deseo sexual. Por otro lado, el deseo
sexual compulsivo es otra condición que puede tratarse con un inhibidor
sistémico de la aromatasa existente, pero ese tratamiento tiene efectos
secundarios como la osteoporosis.
Estos hallazgos permitirán desarrollar nuevos fármacos
selectivos que suprimen solo la región promotora del cerebro del gen de la
aromatasa, y no causarían los efectos secundarios de los inhibidores de la aromatasa
actualmente existentes. Este estudio fue publicado en la revista Endocrinology
.
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