Una investigación, en la que participaron expertos de la Universidad de Gotemburgo en Suecia y de la Universidad de Carolina del Norte en EE.UU., examinó cómo las personas responden a caricias sobre la piel del antebrazo a diferentes velocidades. Identificaron a las fibras nerviosas llamadas "C-táctiles" como las que son estimuladas cuando las personas dicen haber sentido una caricia placentera. Cuando la caricia era más rápida o más lenta que la velocidad óptima, no se sentía placer y las fibras nerviosas no se activaban.Los científicos descubrieron que las fibras nerviosas C-táctiles sólo están presentes en piel con vellosidades y no se encuentran en la mano. Esta puede ser la manera en que la Madre Naturaleza se asegura que no se envíen mensajes cruzados al cerebro cuando la mano se utiliza como una herramienta funcional. La velocidad a la cual las caricias del antebrazo son placenteras es la misma que la que una madre utiliza para consolar a un bebé, o la que las parejas utilizan para demostrar afecto. Nuestro impulso primario como humanos es la procreación, pero hay algunos mecanismos que están asociados con el comportamiento y la recompensa que están presentes para asegurar que las relaciones perduren.
Fuente: Nature Reviews Neuroscience
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