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17 febrero 2012

Como Alimentarse para Evitar la Migraña


1.- No abusar del chocolate, quesos fermentados, fiambres o salchichas ya que estos alimentos tienen un alto contenido en tiramina, histamina, fenilalanina y flavonoides fenólicos, que desencadenan cefaleas. 2.- Moderar el consumo de vino tinto, cerveza, los rones y licores convencionales, elaborados con alcohol común, son un pésimo aliado para quienes sufren de dolor de cabeza. 3.- Decir sí al consumo de carnes y pescados frescos, huevos, sopas, verduras, frutas, leche fresca, legumbres y féculas ya que estos alimentos son pobres en tiramina y pueden ayudar a evitar la aparición de migrañas. 4.- Vitaminas, minerales y hierbas también pueden ayudar a enfrentar los dolores de cabeza: La vitamina B6, por ejemplo, es un  componente necesario para elevar los niveles de la serotonina, un químico natural cerebral. En tanto, el magnesio es un importante nutriente anti-estrés, que ayuda a relajar el músculo liso de los vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de la aparición del dolor. 5.- Evitar el café  y los edulcorantes químicos fundamentalmente a base de aspartame. 6.- Las harinas, sobre todo las blancas refinadas, son inflamatorias e incrementan la jaqueca. Hay que considerar que la harina de trigo es el cereal que más gluten tiene, pero también forman parte de la lista la avena, el centeno y la cebada. 7.- Evitar el glutamato monosódico o ají-no-moto: Este producto se utiliza mucho en la comida china para resaltar el sabor. Sin embargo, dilata las papilas gustativas, incrementando los sabores y también los dolores de cabeza. 8.- Comer sólo cereales integrales y usar miel como edulcorante.

15 febrero 2012

Cual es la Disfuncion Sexual mas Frecuente


Según la Asociación Española de Sexología Clínica la disfunción sexual más frecuente, tanto en hombres como en mujeres, es el trastorno del deseo. Sus causas pueden ser físicas o psicológicas. La dificultad para integrar la afectividad con la genitalidad es una causa frecuente de la falta de deseo sexual, aunque generalmente tenemos asociado el deseo al chispazo inicial y a la pasiónesta fase no dura más de dos años. La realidad es que el deseo sexual que se despierta como pasión es solamente una de las formas en las que el ser humano reconoce su deseo, pero hay otras muchas. Algunas parejas piensan que como han perdido esa pasión inicial, tienen un trastorno del deseo. Pero lo que ocurre es que no han aprendido a reconocer otras vías para despertarlo, A todo esto se une la monotonía, es decir, la ausencia del factor sorpresa en las relaciones sexuales. Además, muchos conflictos de pareja influyen en la sexualidad. De este modo, si una persona se siente humillada por su cónyuge, no querrá compartir su sexualidad con él. Resentimientos, sospechas o cólera hacia la pareja son caminos seguros para enfriar una cálida cama. Pero el deseo sexual también puede disminuir debido a ciertas afecciones tales como  el hipotiroidismo, los problemas hepáticos o la anemia. Una de las principales manifestaciones de la depresión es precisamente la pérdida del apetito sexual. Mejorar la vida sexual pasa por hablar libremente con la pareja tanto de los deseos como de los miedos. Si se mejorase la comunicación, se evitarían muchos problemas.

13 febrero 2012

Comer en Demasía lleva a Demencia Incipiente


Los científicos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, encontraron que las personas que consumen más de 2.000 calorías diarias tienen dos veces más riesgo de desarrollar demencia Incipiente (DCL). El DCL está siendo cada vez más investigado porque se cree que es una etapa que puede ayudar a predecir quién desarrollará alguna forma de demencia. Las personas afectadas con DCL muestran síntomas, como pérdida de memoria, que son más avanzados de lo que se espera para su edad pero no interfieren de forma significativa con sus actividades diarias. La investigación, presentada durante la conferencia anual de la Academia Estadounidense de Neurología, que se celebra en Nueva Orleans, investigó el impacto de la dieta en 1.233 personas de entre 70 y 89 años. Ninguna tenía demencia, pero 163 habían sido diagnosticadas con DCL. Los participantes fueron divididos en dos grupos de acuerdo con su consumo calórico diario: de bajo consumo (de 600 a 1.526 calorías), mediano (1.526 a 2.142,5) y alto (2.142,5 a 6.000). Posteriormente se comparó la incidencia de DCL con el nivel de consumo de calorías. Los científicos no encontraron diferencias entre los grupos de bajo y mediano consumo. Pero en el grupo de alto consumo se encontró una incidencia de DCL de más del doble. E incluso tomando en cuenta factores como historial de enfermedad cerebrovascular, diabetes, educación y otros que se sabe pueden afectar el riesgo de pérdida de memoria, se encontraron los mismos resultados.



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