Un descubrimiento ha puesto de relieve el potencial del litio como terapia para el trastorno del espectro autista (TEA). Esta investigación, realizada por un equipo del Centro de Disfunciones Cerebrales Sinápticas del Instituto de Ciencias Básicas (IBS) dirigido por el director Kim Eunjoon, revela que el litio puede restaurar la función cerebral y aliviar los síntomas conductuales.
Entre los numerosos factores de riesgo genéticos del TEA, las mutaciones de Dyrk1a se destacan como importantes, ya que dan lugar a enfermedades como el síndrome de Dyrk1a. Los pacientes portadores de la mutación de pérdida de función de Dyrk1a han presentado TEA, microcefalia, problemas de lenguaje, discapacidad social y ansiedad. El modelo de ratón portador de la mutación de truncamiento I48K de Dyrk1a (una mutación de un paciente humano) también imita de cerca estos fenotipos.
Uno de los mecanismos subyacentes de los síntomas del TEA por la mutación de Dyrk1a, que se descubrió en este estudio, es la alteración de los niveles de fosforilación de mTOR (diana de la rapamicina en mamíferos). Para encontrar el sustrato específico de Dyrk1a, los investigadores necesitaban generar ratones que carecieran de la expresión total de Dyrk1a (homocigotos), una condición que se sabe que es letal en el embrión. Sin embargo, al cambiar el trasfondo genético del ratón, fue posible generar animales vivos con esta mutación. Aun así, la tasa de supervivencia fue pésima: menos del 5% de las crías mutantes sobrevivieron. Después de superar esta parte más difícil, los autores descubrieron que los niveles de fosforilación de varios elementos de la vía mTOR y del propio mTOR se vieron alterados por los niveles de expresión de Dyrk1a.
Por ello, han elegido el litio para abordar este déficit y como fármaco curativo provisional en ratones mutantes Dyrk1a. Cuando se administraron litio a los ratones mutantes durante su período juvenil, los resultados fueron notables. El litio normalizó el tamaño del cerebro, restauró la estructura y la función de las neuronas excitatorias y mejoró significativamente los comportamientos relacionados con la ansiedad y la interacción social. Aún más prometedor, los efectos de este tratamiento a corto plazo duraron hasta la edad adulta, lo que sugiere que el litio puede tener beneficios a largo plazo al permitir la recuperación estructural y funcional del cerebro.
Los efectos terapéuticos del litio están mediados en parte por su acción sobre la Kalirina-7, una molécula esencial para la estructura y la función sinápticas. Al actuar sobre esta molécula, el litio ayudó a restablecer el equilibrio en las redes de señalización del cerebro, abordando uno de los mecanismos centrales del TEA.
Este estudio, publicado en la revista Molecular Psychiatry, no solo abre el camino a nuevos enfoques terapéuticos para el TEA, sino que también subraya la importancia fundamental del diagnóstico y la intervención precoces. Ofrece esperanza a las familias y a las personas afectadas por el TEA, lo que sugiere que algún día los tratamientos específicos podrían reducir la carga de este complejo trastorno.
No hay comentarios :
Publicar un comentario