Las sociedades se adaptan más a los hombres que envejecen que a las mujeres que envejecen, la mayor esperanza de vida de las mujeres, el mayor riesgo de enfermedad y la menor seguridad financiera y física crean necesidades únicas entre hombres y mujeres al envejecer.
Investigadores de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles publicaron en la revista The Lancet un estudio donde resaltan la creación de un Indice de envejecimiento utilizando información recopilada entre 2015 y 2019 de 18 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) . El índice midió cinco dominios asociados con bienestar, productividad, compromiso, equidad, cohesión y seguridad.
El equipo calculó las puntuaciones de índice y dominio para hombres y mujeres y luego compararon las puntuaciones entre sexos y naciones. Los países del norte de Europa, los Países Bajos y Japón obtuvieron puntajes generales altos para ambos sexos. Los países de Europa del Este y del Sur obtuvieron puntajes generales más bajos. El estudio citó un buen índice general de puntuación de al menos 66 para los hombres y 55 para las mujeres. Los Estados Unidos y el Reino Unido no tuvieron un desempeño tan bueno, logrando puntajes de índice no superiores a 57 para los hombres y 47 para las mujeres. Otros países con grandes disparidades fueron Dinamarca, Austria e Italia.
Irlanda, Polonia y España no obtuvieron puntajes generales tan buenos en el índice pero demostraron la menor diferencia entre hombres y mujeres y a pesar de lograr una buena puntuación en el índice general, los Países Bajos mostraron la brecha más amplia entre las puntuaciones para hombres y mujeres.
El Índice de Envejecimiento muestra que los factores sociales del envejecimiento se inclinan a favor de los hombres mayores en todos los países participantes. Estos tienen más probabilidades de estar más seguros económicamente y menos aislados socialmente que las mujeres mayores.
La esperanza de vida promedio de las mujeres en estos países es de 3 años más larga que la de los hombres, lo que podría deberse al estilo de vida y a la biología porque en la mayoría de las especies de mamíferos, las hembras viven más que los machos. Sin embargo, esto no resulta necesariamente una ventaja ya que a medida que las mujeres envejecen, se enfrentan a una mayor incidencia de enfermedades y menos satisfacción con la vida que los hombres.
Este estudio fue transversal y no pudo identificar tendencias a largo tiempo y no existe una definición generalmente aceptada de lo que constituye una sociedad que envejece con éxito. Es posible que los resultados no se apliquen a la situación de las personas mayores en los países de bajos ingresos. Sus resultados destacan la necesidad de consideraciones específicas por sexo a medida que las sociedades diseñan estrategias relacionadas con el envejecimiento y los gobiernos deberían canalizar más fondos hacia la atención médica para las mujeres mayores. También sugieren implementar estándares de ingresos mínimos y pensiones para hacer que la atención de las personas mayores sea más asequible.
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