Los próximos tres meses serán un desafío, y una vida libre del virus probablemente esté lejos. En Venezuela es posible que veamos un aumento en los casos después de Navidad. En este escenario, es poco probable que las vacunas cambien mucho inicialmente la enfermedad ya que esta tendrá demasiado impulso a principios de 2021. Este probablemente también será el caso de varios países gracias a la nueva cepa del virus. Es posible que las restricciones de comportamiento más estrictas duren hasta bien entrado el 2021, y que necesitemos restricciones aun más estrictas para controlar el virus.
Producir suficientes dosis de vacuna es una gran tarea ya que
inmunizar a todas las personas llevará muchos meses. Suponiendo que los médicos
laboremos con todo el equipo de bioproteccion ocho horas al día, se necesitan
10 minutos para vacunar a alguien y cada paciente necesita dos inyecciones, con
una separación de 21 días esto llevaría más de un año para vacunar a todos y se
necesitará al menos un mes o más para ver el efecto completo en cada persona
vacunada.
No se conoce con precisión el nivel de inmunidad en la
población necesario para detener la propagación del virus. Se cree que está
entre el 60% y el 80% y actualmente no estamos ni cerca de eso, lo que
significa que miles de millones de personas en todo el mundo deberán vacunarse
para poder detener la propagación del virus.
Esto también depende de las vacunas que previenen la
transmisión del virus, lo que aún no se ha probado. Si son efectivas
posiblemente, veremos una disminución en los casos de COVID-19, para agosto de
2021. Por el contrario, si la vacuna solo evita que las personas infectadas se
enfermen gravemente, tendremos que depender de las infecciones para desarrollar
la inmunidad colectiva. En este escenario, la vacunación de los vulnerables reduciría
la tasa de mortalidad, pero es probable que persista la enfermedad grave y el
COVID prolongado que afectara a las personas más jóvenes.
Las vacunas no son una solución milagrosa; será necesario
mantener cierto nivel de precaución durante meses. Con el tiempo, es de esperar
que viajar sea más sencillo, pero se podrían comenzar a exigir certificados de
vacunación. Aunque algunos países exigen la vacunación contra la fiebre
amarilla para ingresar, es probable que la solicitud de pasaportes de inmunidad
para COVID-19 resulte polémica.
La viruela sigue siendo la única enfermedad humana que hemos
erradicado por completo, y esto tomó casi 200 años. El sarampión, por ejemplo,
aunque esta erradicado en muchos países, sigue reapareciendo. Algunas vacunas, brindan
una protección casi de por vida, mientras que otras deben repetirse, como la del
tétanos. Si COVID-19 muta de manera regular y significativa, es posible que
debamos aplicar nuevas vacunas periódicamente, como hacemos para la gripe y
también necesitaríamos vacunar a los niños para mantener la inmunidad
colectiva.
Los efectos sociales y económicos de la pandemia probablemente también serán duraderos. Quizás la vida nunca vuelva a ser como era antes. Pero depende de nosotros hacerlo más seguro y desde ya tenemos que prepararnos mejor, para enfrentar futuras pandemias.
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