La investigación encontró que en los
perros que habían sufrido un desgarro de ligamentos en la rodilla, la lubricina
aumentaba dentro de la articulación, lo contrario de las suposiciones
convencionales en medicina, donde se creía que disminuía en las enfermedades de
las articulaciones.
Esto indica que un aumento de
lubricina en realidad podría ser un biomarcador para predecir la osteoartritis en
el futuro. También apreciaron un aumento de lubricina en perros meses o años
después de que se lesionaran el ligamento cruzado anterior, lo que sugiere que
la lubricina podría ser un indicador de inestabilidad articular en curso. El
aumento de lubricina podría ser una señal para que los médicos intervengan o
prueben un enfoque de tratamiento diferente.
No existe un consenso unificado sobre cómo se altera la lubricina en otras especies veterinarias domésticas y en las lesiones articulares humanas, lo que demuestra la necesidad de más estudios. En el ámbito veterinario, el equipo planea realizar un estudio longitudinal de seguimiento en perros, examinando múltiples puntos de tiempo en el proceso de lesión, tratamiento y recuperación de un paciente. También esperan establecer conexiones similares en el ligamento cruzado anterior humano y otras lesiones ortopédicas.
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