El cóctel tóxico del
Staphylococcus aureus daña las células y los tejidos también tiene efectos
positivos: las células inmunes específicas son estimuladas por la toxina
bacteriana para producir sustancias mensajeras especializadas que ayudan a
reducir la inflamación y promover la cicatrización de los tejidos. Este mecanismo
hasta ahora desconocido es muy significativo para futuros tratamientos de la
inflamación de la piel y las heridas crónicas.
El equipo estudio la toxina
bacteriana "α-Hemolisina" y examinó su efecto sobre los macrófagos M2
que son células inmunes que actúan en las últimas etapas de una reacción
inflamatoria, garantizan que las bacterias que han muerto y los componentes
celulares dañados se eliminen. Demostraron que la α-hemolisina se une a
proteínas receptoras específicas en la superficie de los macrófagos M2 y, por
lo tanto, desencadena la producción de sustancias mensajeras antiinflamatorias
en las células, que luego hacen que la inflamación se resuelva.
En el estudio, los científicos también pudieron demostrar que estos transmisores promueven la regeneración de tejidos en un modelo animal. Las sustancias mensajeras antiinflamatorias incluyen resolvinas, maresinas y proteinas que se forman a partir de ácidos grasos omega-3. El estudio fue publicado en la revista Cell Reports.
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