Una investigación de UC Berkeley,
publicada recientemente en la revista Proceedings of the Royal
Society B: Biological Sciences , demostro que nuestra capacidad para
determinar la ubicación exacta y el tamaño de las cosas varía de una persona a
otra, e incluso dentro de nuestro propio campo de visión individual. Este
descubrimiento tiene ramificaciones para las prácticas de medicina, tecnología,
conducción y deportes, entre otros campos donde la localización visual precisa
es crítica.
Los investigadores trataron de
entender si diferentes personas ven los objetos en su entorno exactamente de la
misma manera. En la primera tarea para probar la localización visual, los
participantes del estudio señalaron en una pantalla de computadora
la ubicación de un objetivo circular. En otro experimento analizó las
variaciones de agudeza dentro del campo de visión de cada persona, los
participantes vieron dos líneas separadas a una distancia mínima y determinaron
si una línea estaba ubicada en sentido horario o antihorario a la otra línea.Y
por último en un experimento que midió la percepción del tamaño, los
participantes vieron una serie de arcos de diferentes longitudes y se les pidió
que estimaran sus longitudes.
Sorprendentemente, las personas
percibieron que los mismos arcos eran más grandes en algunos lugares en el
campo visual y más pequeños en otros lugares. Los resultados mostraron
variaciones notables en el rendimiento visual entre el grupo e incluso dentro
del campo de visión de cada individuo. Los datos se mapearon para mostrar
la huella digital de distorsión perceptiva de cada participante del estudio.
Aunque el estudio podría sugerir
que la fuente de nuestras deficiencias visuales puede originarse en nuestro
cerebro, se necesitan más investigaciones para descubrir la base neuronal y lo
más importante cómo nos adaptamos a ellos y cómo compensamos nuestros errores.
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