Cuando los espermatozoides
ingresan al epidídimo, no son móviles y son incapaces de fertilizar. Sin
embargo, en su paso a través del epidídimo, los espermatozoides reciben un entorno
adecuado para la maduración y el almacenamiento hasta la eyaculación. Los
investigadores de la Universidad de Osaka, descubrieron una nueva proteína
luminar testicular, denominada NELL2 la cual es secretada por las células
germinales testiculares, como un posible regulador de la fertilidad.
El equipo
de investigación observó que la espermatogénesis se desarrolla normalmente en los
testículos del ratón con NELL2, pero su epidídimo estaba pobremente
diferenciado, similar a los ratones Ros1. Después del apareamiento, ni los
espermatozoides NELL2 ni Ros1 lograron ingresar a los tubos uterinos ni
fertilizar un óvulo. La investigación adicional mostró que el epidídimo Nell2
es incapaz de procesar una proteína específica de la superficie del esperma
esencial para la fertilidad masculina.
Descubrieron una cascada
complicada de eventos en los que la interrupción de cualquier punto de esta vía
lumicrina hace que un hombre sea infértil. Estos hallazgos tienen importantes
implicaciones traslacionales para el diagnóstico y la terapéutica de investigación
en infertilidad masculina y desarrollo de anticonceptivos masculinos. Esta vía
única de comunicación transluminal entre tejidos y órganos probablemente
funciona en otros lugares de nuestros cuerpos.
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