Si bien varios estudios sobre el
lupus se han centrado en las células T auxiliares ingenuas y otras células
sanguíneas la investigación del Hospital de Niños de Filadelfia fue diseñada para centrarse en las células T auxiliares foliculares, que desempeñan un papel
más central en las respuestas inmunes relacionadas con el lupus. En lugar de utilizar
un enfoque típico, los investigadores se propusieron crear mapas
tridimensionales que combinaran las variantes con los genes que probablemente
regulan. Su enfoque utilizaba variantes como "señales" para
identificar potenciadores genéticos en tejido normal.
El equipo identificó 393
variantes en proximidad a genes en 3-D y por lo tanto potencialmente
involucrados en su regulación. Aproximadamente el 90% de esas variantes se
habrían considerado distantes de su gen en una dimensión, pero en realidad
estaban cerca en el mapa tridimensional adecuado creado por el equipo.
Los investigadores pudieron
identificar dos quinasas, HIPK1 y MINK1, que no tenían un papel previamente
conocido en el lupus. Cuando estas enzimas están dirigidos en T helper
foliculares células, inhiben la producción de interleucina-21, una citocina
implicada en la regulación de la producción de anticuerpos.
El equipo espera desarrollar
modelos en ratones transgénicos HIPK1 para estudiar la susceptibilidad al lupus
experimental, así como el impacto potencial de HIPK1 en la inmunidad antiviral.
Los hallazgos fueron publicados en línea en Nature Communications.
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