Un equipo de investigadores halló que las tasas de malformaciones congénitas son más altas en niños cuyas madres quedaron embarazadas entre abril y julio. Durante esos meses, aumentan las concentraciones de pesticidas y otras sustancias químicas para la agricultura en la superficie del agua. Según el equipo, algunas sustancias químicas seguidas en el estudio, como la atranzina para eliminar las malezas, causarían daño a los embriones. Las malformaciones congénitas, como el labio leporino, la espina bífida y el síndrome de Down, afectan al 3 % de los recién nacidos en Estados Unidos. Aunque existen ciertos factores de riesgo conocidos, como la avanzada edad, el tabaquismo o el consumo de alcohol materno, los investigadores siguen tratando de identificar otros factores ambientales que podrían influir. Si los pesticidas influyen en el riesgo de malformaciones congénitas, podemos revertir o modificar este factor que junto a otros están causando esos problemas médicos que duran de por vida y suelen ser muy graves.
Fuente: ACTA PEDIATRICA
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