¿Por qué se prescriben tan poco los antidepresivos?

 

Los antidepresivos están aprobados para su uso en el trastorno depresivo mayor, algunos de ellos en el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de pánico ;también, el trastorno disfórico premenstrual, y hay algunos antidepresivos aprobados para la depresión posparto como la  zuranolona que se toma solo durante dos semanas y está aprobada para la depresión posparto. La dosis que se administra al lactante es muy baja, muy por debajo del nivel de seguridad.

Entre el 13% y el 14% de las personas padecen depresión. Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de padecerla. Parte de esto tiene que ver con los cambios hormonales en las mujeres, ya sea a lo largo de su ciclo menstrual o durante el embarazo, y en la perimenopausia, cuando sus hormonas fluctúan con bastante frecuencia. Menos del 50% de las personas con trastorno depresivo mayor reciben un diagnóstico, y menos del 25% reciben tratamiento y aún menos reciben un tratamiento adecuado.

Hay mucho más daño si se descontinúan los antidepresivos demasiado pronto o de manera inapropiada. Y eso a veces sucede con los pacientes que lo hacen debido a los efectos secundarios, pero también los médicos intentan hacer lo mismo con los pacientes después de seis a doce meses de remisión.

La Organización Mundial de la Salud ha recomendado que, si se han tenido tres episodios de depresión grave, se debe continuar el tratamiento durante al menos cinco años. Y, muy a menudo, nos encontramos con personas que necesitan seguir tomando la medicación indefinidamente.

Los efectos secundarios más comunes son disfunción sexual, aumento de peso, trastornos del sueño (se duerme demasiado o insomnio de algún tipo). Se puede tener una disfunción en la que las personas no piensan con claridad. La toma de decisiones y la planificación de las cosas pueden verse afectadas.

La depresión está infradiagnosticada, los médicos no suelen hacer ese diagnóstico. Por eso, hace unos años, los Centros de Servicios exigieron el uso de una prueba de detección de depresión. Y ahora tenemos una prueba de detección de suicidio que tenemos que hacer una vez al año. Es posible que los médicos de atención primaria no estén haciendo eso. Incluso cuando diagnostican depresión, a menos que sea grave o haya ideación suicida, por lo general no derivan a los pacientes a un psiquiatra. Es un problema increíblemente común.

El estigma que rodea a la depresión y a la toma de medicamentos para su tratamiento ha mejorado, pero no se puede decir que no sea un problema y debemos superarlo. Es un prejuicio contra las personas con problemas de salud mental, pero en particular contra la depresión, porque es muy común.