Un estudio realizado por el Instituto del Cáncer Dana-Farber encontró que la pérdida de peso involuntaria se asocia con un mayor riesgo de diagnóstico de cáncer durante el próximo año.
El estudio evaluó a 157,474 participantes en dos grandes estudios longitudinales e identificó asociaciones significativas entre la pérdida de peso reciente y un mayor riesgo de varios tipos de cáncer entre ellos el cáncer gastrointestinal, hematológico, colorrectal y de pulmón.
El estudio diferenció entre una pérdida de peso saludable debido a una mejor dieta o un mayor ejercicio y una pérdida de peso no saludable que podría ser un signo de cáncer subyacente. Esta diferenciación es crucial para identificar el posible desarrollo de cáncer en etapa temprana. Se observaron niveles similares de pérdida de peso antes del diagnóstico tanto en el cáncer en etapa temprana como en el avanzado, lo que enfatiza la importancia de la detección temprana.
El estudio destacó la importancia de la pérdida de peso involuntaria como un signo potencial de cáncer en etapa temprana, lo que lleva a la posibilidad de un tratamiento más eficaz.
Los mecanismos de pérdida de peso relacionada con el cáncer varían según el tipo de cáncer, y este estudio refuerza hallazgos anteriores que vinculan la pérdida de peso involuntaria con un mayor riesgo de cáncer.
Según el investigador Brian Wolpin, MD, MPH, es importante consultar a un médico cuando se experimenta una pérdida de peso involuntaria sin cambios en el ejercicio o la dieta.
Este estudio se publico hoy en la revista JAMA.
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