Los Padres determinan la Alimentación emocional de los Niños

Los niños adquieren muchos comportamientos copiando a sus padres, y esto también se aplica a sus hábitos alimenticios . La alimentación emocional  es cuando recurrimos a la comida, no porque tengamos hambre sino para compensar cuando nos sentimos tristes, deprimidos o ansiosos y en  los niños se explica por la forma en que las madres usan los alimentos como parte de sus prácticas de crianza, así como por las actitudes de los propios niños hacia la comida en general.

Investigadores de la Universidad de Aston encuestaron a 185 madres de niños entre tres y cinco años, preguntándoles sobre sus hábitos alimenticios y los de sus hijos.  La encuesta incluía preguntas para las madres sobre cuánto comían ellas y sus hijos en respuesta a los estados emocionales . También preguntó cuánto motivaba a los niños la comida y cuánto los impulsaba a comer o a pedir comida a lo largo del día, lo que se conoce como comportamiento de acercamiento a la comida.

También preguntaron a las madres sobre las prácticas de alimentación que usaban con sus hijos, en particular, si usaban los alimentos para recompensar a los niños por su buen comportamiento o si restringían visiblemente el acceso de sus hijos a los alimentos, por ejemplo, teniendo alimentos en la casa pero prohibiéndolos. Se ha demostrado que estas prácticas hacen que los niños se interesen más en la comida y también se han relacionado con una mayor alimentación emocional en los niños.

Al analizar las respuestas, encontraron que los niños que estaban muy motivados por la comida eran más propensos a captar el comportamiento alimentario emocional de sus padres. Usando un método estadístico complejo, conocido como análisis de mediación moderada, para descifrar cómo interactuaban los diferentes aspectos de la relación: alimentación emocional en la madre, cómo criaba al niño en torno a la comida, las tendencias de acercamiento alimentario del niño y la alimentación emocional.

Los hallazgos sugieren que los niños que estaban más motivados para comer estaban más predispuestos a asociar la comida con las emociones. La investigación respalda la idea de que comer emocionalmente es un comportamiento aprendido que los niños suelen desarrollar en los años preescolares , pero que algunos niños son más vulnerables a desarrollar una alimentación emocional que otros. Aunque es común entre los padres, la investigación también destaca que usar la comida como recompensa o restringir visiblemente el acceso del niño a ciertos alimentos, incluso en niños de hasta tres años, puede ser problemático. Dar un trozo de chocolate como recompensa o decirles a los niños que solo pueden comer una galleta como golosina probablemente creará una respuesta emocional en el niño que luego conectará con esos alimentos. Restringir los alimentos frente a los niños que ya están más motivados por la comida tiende a ser contraproducente y hace que los niños anhelen aún más los alimentos restringidos. Lo que parece funcionar mejor se conoce como 'restricción encubierta': no ​​dejar que los niños sepan que algunos alimentos están restringidos  y evitar instancias en las que tenga que decirles a los niños que no se les permiten ciertos alimentos.

Los hallazgos de esta investigacion se publicaron en el Diario de la Academia de Nutrición y Dietética. .