Tener mamas densas no implica que se vaya a desarrollar cáncer de mama , pero se asocia con un riesgo ligeramente mayor de cáncer de mama y una menor sensibilidad de las mamografías. Algunas mujeres se benefician de pruebas de detección adicionales, según sus factores de riesgo individuales y las pautas médicas. Analicemos los tipos de densidad mamaria y las opciones de detección complementaria del cáncer de mama que puede consultar con un médico.
Las mamas contienen tres tipos principales de tejido: glandular, conectivo fibroso y graso. El tejido graso se ve oscuro en una mamografía, mientras que el tejido glandular y el conectivo fibroso se ven blancos. El problema es que los tumores también se ven blancos, lo que dificulta distinguir entre tejido mamario normal y cáncer.
Las mamas densas presentan mayor cantidad de tejido conectivo glandular y fibroso, y menor cantidad de tejido graso. La densidad mamaria se clasifica en cuatro categorías según el sistema BI-RADS del Colegio Americano de Radiología : Tejido mamario exclusivamente graso: Los senos están compuestos casi exclusivamente de tejido graso. Aproximadamente el 10 % de las mujeres presentan este tipo.
Tejido mamario fibroglandular disperso: Se presenta principalmente tejido graso con algunas zonas densas de tejido conectivo glandular y fibroso. Aproximadamente el 40 % de las mujeres presentan este tipo.
Tejido mamario heterogéneamente denso: Presenta numerosas áreas de tejido conectivo glandular y fibroso, con menos áreas de tejido graso. Aproximadamente el 40 % de las mujeres presentan este tipo.
Tejido mamario extremadamente denso: Tiene casi exclusivamente tejido conectivo glandular y fibroso. Aproximadamente el 10 % de las mujeres se encuentran en esta categoría y presentan un riesgo ligeramente mayor de cáncer de mama; se necesita más investigación para comprender por qué.
Se considera que las mujeres de los dos últimos grupos tienen "mamas densas".
Si su tejido mamario es exclusivamente graso o fibroglandular disperso, verá "no denso" en sus resultados. Si su tejido mamario es heterogéneo o extremadamente denso, verá "denso" en sus resultados.
También cabe destacar que la densidad mamaria puede cambiar con el tiempo. Generalmente disminuye con la edad, aunque la tasa varía. La densidad del tejido mamario también puede verse afectada por los cambios de peso, la lactancia materna, la menopausia y la terapia hormonal. Los implantes mamarios no afectan la densidad mamaria.
Las mamografías siguen siendo la prueba de referencia para la detección del cáncer de mama. Si tiene un riesgo promedio de desarrollar cáncer de mama (es decir, no tiene un riesgo mayor debido a antecedentes familiares, genética u otros factores), debería hacerse una mamografía cada año a partir de los 40 años.
Tanto la mamografía estándar como la mamografía 3D (tomosíntesis) utilizan rayos X de baja dosis para generar una imagen de la mama. Desafortunadamente, la sensibilidad de una mamografía puede disminuir hasta un 25% o 30% en mamas densas, en comparación con una sensibilidad de casi el 100% en mamas con grasa.
Incluso con mamas densas, podemos detectar el carcinoma ductal in situ (CDIS), una forma muy temprana de cáncer de mama, mediante una mamografía. Esto se debe a que se trata de una calcificación y no de un tumor de tejidos blandos. Por ello, nunca una mamografía es inútil, independientemente de la densidad de las mamas. Pero para detectar la mayoría de los cánceres invasivos entre las mujeres con mamas densas, es posible que necesitemos complementar la detección con otro método de diagnóstico por imágenes mamarias, como: Ecografía: Este examen utiliza ondas sonoras para producir una imagen de la mama. Mamografía con contraste: este examen combina una mamografía tradicional con una inyección de un contraste a base de yodo, que resalta áreas de mayor flujo sanguíneo que pueden indicar la presencia de cáncer. Resonancia magnética (MRI): este examen utiliza potentes imanes y ondas de radio para crear imágenes muy detalladas de las mamas.
Un estudio reciente reveló que la mamografía y la resonancia magnética con contraste pueden detectar tres veces más cánceres invasivos en tejido mamario denso que la ecografía. Sin embargo, la mamografía y la resonancia magnética con contraste son más costosas que una ecografía. La ecografía sigue siendo más rápida y está más disponible, pero detecta menos cánceres.
Si es alérgica al contraste, es claustrofóbico o tiene un dispositivo incompatible con la resonancia magnética, como algunos marcapasos o dispositivos ortopédicos, es posible que no pueda hacerse una resonancia magnética.
Si la mamografía de detección es anormal, el siguiente paso suele ser una mamografía diagnóstica y, a veces, una ecografía para examinar la zona con mayor detalle. En un número menor de casos, se puede recomendar una biopsia, que consiste en tomar una pequeña muestra de tejido para detectar cáncer.
Las pruebas de detección siguen siendo el factor que más contribuye a la supervivencia del cáncer de mama.
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