Lo primero que hay que acotar es que el vertigo es un sintoma y el más frecuentes es el vértigo posicional paroxístico benigno que afecta por igual a hombres y mujeres e incluso se ve en niños, sin embargo afecta mas a las personas mayores porque con la edad el centro que regula el equilibrio en el oído medio también envejece.
Generalmente el vertigo se genera cuando los otolitos que son unos microcristales de carbonato cálcico que tenemos en el oído interno con el tiempo se desprenden y se introducen en uno de los canales del equilibrio, provocando episodios de vértigo de corta duración, con los movimientos de la cabeza. Otras causas de vertigo son la acúmulacion de líquido como en la enfermedad de Ménière, o por una infección del oído que provoca la pérdida de la función del equilibrio, como en las laberintitis o en las neuronitis vestibulares.
El vértigo posicional se trata con farmacos y mediante unas maniobras posturales para recolocar los otolitos y se ha de mantener una vida activa y, por supuesto, un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, azúcar y obesidad). La enfermedad de Ménière, normalmente evolución naturalmente hacia la desaparición del vértigo.
El vértigo posicional es frecuente que vuelva a reaparecer y tengamos que volver a tratarlo. En los casos de vértigo agudo, como laberintitis o neuronitis vestibular, el cuadro agudo se soluciona, pero la inestabilidad que queda precisa un tratamiento rehabilitador, aunque no siempre se llega a recuperar la normalidad.
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