La esquizofrenia, afecta aproximadamente al 1 % de la población mundial, ha sido históricamente difícil de tratar. Los antipsicóticos aprobados clínicamente son eficaces para reducir los síntomas positivos como alucinaciones y delirios en algunos pacientes, pero no tratan los síntomas negativos, como el aislamiento social, la falta de motivación y los déficits cognitivos asociados con la enfermedad.
Se cree que la esquizofrenia ocurre cuando una región del cerebro llamada corteza prefrontal se vuelve anormalmente activa porque las interneuronas, que conectan circuitos neuronales o grupos de neuronas, se vuelven disfuncionales y dejan de regular la actividad neuronal.
Después de identificar mGlu1, una abreviatura del subtipo 1 del receptor de glutamato metabotrópico, como un objetivo potencialmente farmacológico, el laboratorio de Conn, y otros colaboradores del Centro Warren probaron con un compuesto que mejora su función: un modulador alostérico positivo (PAM). Usando este compuesto, encontraron que la mejora de la actividad de mGlu1 aumentaba selectivamente la actividad de interneuronas inhibidoras específicas, restaurando su capacidad para inhibir los circuitos neuronales que controlan.
Los investigadores vieron que al trabajar con el PAM, los síntomas característicos de la esquizofrenia en pacientes humanos se revertían. Estos resultados sugieren que el uso de un PAM para mejorar la actividad de mGlu1 es un tratamiento eficaz para la esquizofrenia.
Los investigadores esperan que esta nueva estrategia de tratamiento eventualmente pueda brindar alivio a los pacientes, permitirles reintegrarse y contribuir a la sociedad, y disminuir la carga sobre nuestros sistemas de atención médica. Los resultados de esta investigación son particularmente interesantes porque el fármaco revierte los déficits de la memoria de trabajo, un sello distintivo de la esquizofrenia para la que actualmente no existe ningún tratamiento.
Los resultados de este estudio plantean una serie de preguntas sobre la biología de mGlu1. Los estudios en curso en el laboratorio de Conn están investigando el papel y los efectos de mGlu1 en varias regiones del cerebro. Para trasladar estos hallazgos a la clínica, los científicos deberán investigar la eficacia de los PAM cuando se usan de manera crónica en lugar de a corto plazo, evaluar los posibles efectos secundarios y determinar si la mejora de mGlu1 reduce otros síntomas en la esquizofrenia, especialmente los síntomas negativos como falta de motivación y retraimiento social, que con frecuencia son resistentes al tratamiento .
La investigación se publicó hoy en Cell Reports.
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