Realizaron una exploración del cerebro (fMRI) en los niños al comienzo y al final del estudio. Después de la primera exploración, los niños siguieron la dieta de pocos alimentos: se les permitió comer solo una cantidad limitada de alimentos seguros durante cinco semanas. Luego se realizó una segunda exploración. En más del sesenta por ciento de los 53 niños que tuvieron buenas exploraciones antes y después de la dieta, los padres observaron una disminución significativa en los síntomas del TDAH después de la dieta de pocos alimentos. Estos niños también mostraron un claro aumento en la actividad precuneus, un área que es parte de la red cerebral en modo predeterminado y quizás el centro más conectado en la corteza.
La dieta de pocos alimentos es difícil de seguir y no se puede aplicar simplemente. Por lo tanto, es importante comprender mejor la relación biológica entre la nutrición y el TDAH. La Universidad e Investigación de Wageningen ahora también está estudiando el papel de la microbiota para desentrañar aún más cómo funciona la dieta.
Estos resultados se publicaron en la revista Scientific Reports.
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