Por primera vez, se ha encontrado como predicir que una embarazada entrará en trabajo de parto mediante el análisis de señales inmunológicas y biológicas en una muestra de sangre. El estudio,de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. que se publico hoy en la revista Translational Medicine , arroja luz sobre cómo comienza el parto, un proceso biológico que hasta ahora ha sido un misterio. Los hallazgos sientan las bases para un análisis de sangre clínico que podría decirle a las mujeres con embarazos saludables a término qué tan cerca están del parto.
El cambio del embarazo en curso a la fase previa al trabajo de parto se detectó tanto en mujeres que tuvieron embarazos a término como en mujeres que tuvieron un parto prematuro. El cambio a la biología materna antes del parto se caracteriza por cambios en los niveles de hormonas esteroides, factores que controlan el crecimiento de los vasos sanguíneos y la coagulación de la sangre, y señales de regulación inmunológica.
Aunque el parto ocurre alrededor de las 40 semanas de embarazo en promedio, entrar en trabajo de parto entre las 37 y las 42 semanas de edad gestacional se considera normal. Una predicción más precisa de cuándo llegará el bebé podría ser útil, tanto por razones médicas como de planificación. Por ejemplo, poder evaluar si una mujer con contracciones prematuras se encuentra en la fase previa al parto podría ayudar a los médicos a decidir si administrar esteroides, que maduran los pulmones del feto antes del nacimiento.
El estudio siguió a 63 mujeres durante los últimos 100 días de su embarazo, análizaron muestras de sangre dos o tres veces antes del parto. Cada muestra de sangre se analizó en busca de 7.142 características inmunitarias unicelulares, proteicas y metabólicas. Los datos se graficaron contra el número de días antes del parto que se tomó cada muestra de sangre, lo que garantiza que el análisis sea sensible a las señales de un parto inminente, a diferencia de las señales vinculadas principalmente a la duración del embarazo o al crecimiento del bebé. Los investigadores identificaron, a través de modelos matemáticos, qué características en la sangre predecían mejor el inicio del trabajo de parto.
Cincuenta y ocho de las mujeres llegaron a embarazos a término, lo que significa que el bebé no llegó más de tres semanas antes de la fecha prevista, y cinco dieron a luz después de un parto prematuro espontáneo. A medida que avanzaban hacia la fase previa al parto, la sangre de la mujer mostraba aumentos repentinos de hormonas esteroides como la progesterona y el cortisol, lo que confirma hallazgos previos sobre la biología del embarazo tardío. La sangre también mostró niveles decrecientes de factores que ayudan a la formación de vasos sanguíneos, probablemente un primer paso hacia el debilitamiento de la conexión entre la placenta y el útero, así como el aumento de los niveles de factores necesarios para la coagulación de la sangre, que ayudan a prevenir la pérdida de sangre después del parto. Algunas proteínas placentarias también aumentaron.
El estudio también encontró un ajuste fino de las respuestas inmunitarias en el cambio a la preparación para el trabajo de parto. La principal característica predictiva del modelo fue una proteína inmunitaria reguladora, IL-1R4, que inhibe una molécula inflamatoria llamada IL-33.
Los próximos pasos en la investigación son validar los hallazgos en más mujeres embarazadas y reducir la cantidad de marcadores biológicos necesarios para predecir el inicio del trabajo de parto. Los investigadores esperan que sus hallazgos produzcan una prueba en los próximos dos o tres años que los médicos podemos usar para predecir el inicio del trabajo de parto en embarazos saludables.
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