Aunque la evidencia sigue siendo tentativa, la prevalencia de problemas audiovestibulares entre las personas que se han recuperado de una infección por SARS-CoV-2 es evidente. Las posibles causas incluyen infección de los nervios, daño autoinmune y coágulos de sangre. Se sabe que otras infecciones virales, como la rubéola , el sarampión y el citomegalovirus , causan problemas de audición, pero la investigación sobre los posibles vínculos entre el COVID-19 y los problemas de audición se encuentra en una etapa temprana.
Según una revisión publicada en el International Journal of Audiology Alrededor del 14,8% de los pacientes están experimentando tinnitus, el 7,6% tiene pérdida auditiva y el 7,2% tiene vértigo rotatorio. Sin embargo los informes que revisaron no siempre aclaran si los síntomas eran nuevos o si eran síntomas preexistentes que habían empeorado temporalmente. Además, la mayoría de los estudios se basaron en registros médicos o cuestionarios en los que los pacientes informaron sus propios síntomas, en lugar de las pruebas de audición adecuadas.
Algunas de las explicaciones propuestas para el daño al oído interno que ocurrió cuando las personas tenían COVID-19. Incluyen: 1.-Infecciones virales directas del oído interno o del nervio que transmite señales sensoriales. 2.-ataque autoinmune por anticuerpos o células inmunes, o daño causado por la producción excesiva de citocinas, que son moléculas de señalización inmunológica que causan inflamación. 3.-coágulos de sangre que bloquean el suministro de sangre a la cóclea o los canales semicirculares, privándolos de oxígeno.
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