Este nuevo conocimiento fue publicado en la revista eLife por un equipo internacional de científicos e ingenieros dirigido por el Centro de Biotecnología y Estudios Interdisciplinarios del Instituto Politécnico Rensselaer en Estados Unidos.
Los procesos enzimáticos son esenciales para cualquier
número de reacciones químicas que ocurren dentro del cuerpo, incluida la
producción de la matriz extracelular dentro del hueso que es fundamental para
el soporte mecánico. La fosforilación, uno de esos procesos enzimáticos clave,
es la unión de un fosforilo a una proteína y es fundamental para la regulación
celular. Este proceso juega un papel en muchas enfermedades, pero hasta ahora,
los investigadores no sabían si alteraba la integridad del tejido y la función
de los órganos.
Los investigadores analizaron una proteína conocida como
osteopontina , desarrollaron un proceso mediante el cual podían inducir la fosforilación
o desfosforilación en huesos de ratones
modificados genéticamente, algunos que tenían osteopontina y otros que no. Al
comparar los resultados de los dos grupos, los investigadores encontraron que
la tenacidad de la fractura, aumentaba con la fosforilación de la osteopontina
y disminuía con la desfosforilación. Más específicamente, la fosforilación
mejoró los enlaces cruzados y aumentó la atracción entre los grupos cargados
sobre la osteopontina y el mineral óseo, haciendo que el hueso sea más fuerte y
más difícil su fractura.
El equipo también estudió el efecto de los niveles de
fosforilación de osteopontina en las enfermedades óseas raras hipofosfatemia e
hiperfosfatemia, que están asociadas con deformidades esqueléticas. En ambas
enfermedades, los niveles de fosforilación de osteopontina disminuyeron, un
hallazgo que sienta las bases para una mayor exploración.
Los hallazgos del equipo también pueden aplicarse a procesos similares dentro de otros tejidos conectivos y posibles terapias para contrarrestar los niveles anormales de fosforilación de osteopontina.
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