Científicos del Dana-Farber Cancer Institute y Mass General Cancer Center informaron por medio de la revista Science Translational Medicine que han creado interruptores moleculares para regular la actividad de las células CAR T, una forma potente de inmunoterapia basada en células que ha tenido un éxito espectacular en el tratamiento de algunos cánceres avanzados, pero que plantean un riesgo significativo por los efectos secundarios tóxicos.
Las células CAR T son células inmunes modificadas
genéticamente para reconocer y atacar las células tumorales. Una vez
administrados, estos medicamentos vivos proliferan y destruyen las
células tumorales durante semanas o meses, en algunos casos provocando
reacciones inflamatorias potencialmente mortales que son difíciles de
controlar.
Las células T CAR se crean recolectando células T inmunes
del paciente y reprogramándolas en el laboratorio para producir una molécula
receptora finamente ajustada, denominada CAR (para el receptor de antígeno
quimérico), que reconoce una proteína distintiva en la superficie del cáncer
del paciente células. Las células CAR T, después de ser diseñadas en el
laboratorio y devueltas al paciente, circulan por el cuerpo y se dirigen a las
células cancerosas al unirse a la proteína de superficie distintiva para la que
han sido diseñadas para reconocer. Este evento de unión estimula un ataque
inmunológico, la destrucción de las células cancerosas y la proliferación de
las células CAR T. Sin embargo, un inconveniente es que la proliferación
incontrolada de las células CAR T a veces desencadena el síndrome de liberación
de citocinas (SRC), la liberación de señales que causan inflamación en todo el
cuerpo y que pueden causar toxicidades que van desde fiebre leve hasta
insuficiencia orgánica potencialmente mortal.
Para crear los sistemas de encendido y apagado de las
células CAR T, los científicos utilizaron una técnica relativamente nueva
conocida como degradación de proteínas dirigida. Los investigadores diseñaron
células CAR T con interruptor de apagado que podían apagarse rápida y
reversiblemente mediante la administración del fármaco, lenalidomida después de
lo cual las células CAR T recuperaron su actividad antitumoral. Por separado,
los investigadores también informaron sobre las células T con CAR que se
activan y que solo destruyen las células tumorales durante el tratamiento con
lenalidomida.
El objetivo a largo plazo es tener varios medicamentos
diferentes que controlen diferentes interruptores de encendido y apagado para
que los científicos puedan desarrollar terapias celulares cada vez más
complejas.
En el futuro, las terapias celulares intercambiables podrían permitir que los pacientes con sus médicos tomen una pastilla, o no, para ajustar la cantidad de actividad de las células CAR T día a día, con la esperanza de reducir los efectos secundarios tóxicos.
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