Las estatinas han transformado la salud cardíaca, salvando millones de vidas al reducir el colesterol, el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, para muchos pacientes, estos medicamentos conllevan una desventaja preocupante: dolor muscular, debilidad y, en casos excepcionales, deterioro muscular grave que puede derivar en insuficiencia renal.
Investigadores de la Universidad de Columbia Británica y sus colaboradores de la Universidad de Wisconsin-Madison han identificado la causa. El equipo utilizado criomicroscopía electrónica, una potente técnica de imagen que revela proteínas con un detalle casi atómico, para captar cómo las estatinas interactúan con una proteína muscular crucial llamada receptor de rianodina (RyR1). Esta proteína actúa como un portero para el calcio dentro de las células musculares, abriéndose solo cuando los músculos necesitan contraerse. Cuando las estatinas se unen a ella, fuerzan la apertura del portero, provocando una fuga continua de calcio, un efecto tóxico que puede dañar el tejido muscular.
El estudio se centró en la atorvastatina, una de las estatinas más recetadas, pero los hallazgos sugieren que el efecto podría ser común en toda la clase de fármacos. Los investigadores descubrieron que las estatinas se unen de una forma muy inusual: tres moléculas se agrupan dentro de una cavidad de la proteína. La primera molécula se une cuando el canal se cierra, preparándolo para su apertura. Dos moléculas más se encajan entonces, forzando la apertura total del canal.
Al ajustar sólo aquellas partes de la molécula de estatina que son responsables de los efectos negativos, los científicos podrían preservar la parte que reduce el colesterol y al mismo tiempo reducir el riesgo. Si bien el daño muscular grave afecta solo a una pequeña fracción de los más de 200 millones de usuarios de estatinas en todo el mundo, los síntomas más leves, como dolores y fatiga, son mucho más comunes y, a menudo, llevan a los pacientes a suspender el tratamiento. Los nuevos hallazgos podrían ayudar a prevenir estos problemas y mejorar la adherencia a la terapia vital.
La investigación subraya la importancia de la tecnología de imagen avanzada para impulsar avances médicos. Utilizando la instalación de criomicroscopía electrónica macromolecular de alta resolución de la facultad de medicina de la UBC, el equipo pudo visualizar la interacción entre estatinas y proteínas con un detalle extraordinario, convirtiendo una pregunta fundamental sobre la seguridad de los fármacos en información práctica que podría definir la próxima generación de terapias. Para millones de personas que dependen de las estatinas, eso podría significar menos problemas musculares y una mejor calidad de vida.
Estos hallazgos,fueron publicados en la revista Nature Communications.


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