Los investigadores de WEHI han dado un gran paso adelante en la lucha contra la enfermedad de Parkinson, resolviendo un misterio de décadas de duración que allana el camino para el desarrollo de nuevos medicamentos para tratar la enfermedad.
Descubierta por primera vez hace más de 20 años, PINK1 es
una proteína directamente relacionada con la enfermedad de Parkinson, la
enfermedad neurodegenerativa de mayor crecimiento en el mundo. Las mitocondrias
producen energía a nivel celular en todos los seres vivos, y las células que
requieren mucha energía pueden contener cientos o miles de mitocondrias. El gen
PARK6 codifica la proteína PINK1, que contribuye a la supervivencia celular
detectando las mitocondrias dañadas y marcándolas para su eliminación.
En una persona sana, cuando las mitocondrias sufren daños,
PINK1 se acumula en las membranas mitocondriales y, mediante una pequeña
proteína llamada ubiquitina, indica que es necesario eliminar las mitocondrias
dañadas. La señal de ubiquitina de PINK1 es exclusiva de las mitocondrias
dañadas, y cuando PINK1 muta en pacientes, las mitocondrias dañadas se acumulan
en las células. Aunque PINK1 se ha vinculado con el Parkinson, y en particular
con la enfermedad de Parkinson de inicio temprano, los investigadores no habían
podido visualizarlo y no comprendían cómo se une a las mitocondrias y se
activa.
Durante el estudio, los investigadores evidenciaron que
PINK1 funciona en cuatro pasos distintos, y que los dos primeros no se habían
observado antes. Primero, PINK1 detecta el daño mitocondrial. Luego se une a
las mitocondrias dañadas. Una vez unido, etiqueta la ubiquitina, que se une a
una proteína llamada Parkin para que las mitocondrias dañadas puedan
reciclarse.
En una persona con párkinson y una mutación PINK1, el
proceso de mitofagia deja de funcionar correctamente y las toxinas se acumulan
en la célula, provocándole la muerte. Las neuronas requieren mucha energía y
son especialmente sensibles a este daño. El equipo de investigación espera
utilizar este conocimiento para encontrar un fármaco que retrase o detenga el
Parkinson en personas con una mutación PINK1.
Este es un gran avance del Centro de Investigación de la
Enfermedad de Parkinson WEHI y todos los hallazgos aparecen publicados en la
revista Science.
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