Un estudio interinstitucional reciente, investigadores informan que las vías respiratorias humanas sanas presentan un mayor riesgo de deshidratación e inflamación al exponerse al aire seco, una incidencia que se prevé que aumente debido al calentamiento global. La inflamación de las vías respiratorias humanas se asocia con afecciones como asma, rinitis alérgica y tos crónica.
Los investigadores afirman que, a medida que la atmósfera
terrestre se calienta, con una humedad relativa prácticamente constante, una
propiedad atmosférica llamada déficit de presión de vapor (DPV) aumenta
rápidamente. El PDV mide la sed de agua que puede tener el aire. Cuanto mayor
sea el PDV, mayor será la tasa de evaporación del agua, lo que deshidrata los
ecosistemas planetarios.
Basándose en predicciones matemáticas y experimentos, los
investigadores ahora explican que una mayor presión arterial volumétrica (VPD)
puede deshidratar las vías respiratorias superiores y desencadenar la respuesta
inflamatoria e inmunitaria del cuerpo. También se indica que dicha
deshidratación e inflamación pueden verse exacerbadas por la respiración bucal y una mayor exposición al aire acondicionado y
calefacción. Los hallazgos sugieren que todas las mucosas expuestas a la
atmósfera, incluida la mucosa ocular, están en riesgo en atmósferas
deshidratantes".
Los investigadores de la Facultad de Medicina de la
Universidad Johns Hopkins expusieron cultivos de células humanas que recubren
las vías respiratorias superiores, conocidas como epitelio bronquial humano, a
aire seco. Tras la exposición, se evaluó la densidad del moco y las respuestas
inflamatorias de las células. Las células que experimentaron periodos de aire
seco mostraron una densidad de moco más fluida y altas concentraciones de
citocinas, o proteínas que indican inflamación celular. Estos resultados
concuerdan con las predicciones teóricas de que la fluidez del moco ocurre en
ambientes de aire seco y puede producir suficiente compresión celular para
desencadenar la inflamación.
El equipo también confirmó que la transpiración mucosa
inflamatoria ocurre durante la respiración normal y relajada (también llamada
respiración de marea) en un modelo animal . Los investigadores expusieron a
ratones sanos y a ratones con sequedad respiratoria preexistente, común en
enfermedades respiratorias crónicas, a una semana de aire seco intermitente.
Los ratones con esta deshidratación preexistente mostraron células inmunitarias
en los pulmones, lo que indica una alta respuesta inflamatoria, mientras que
los ratones expuestos únicamente a aire húmedo no la presentaron.
Basándose en un estudio de modelos climáticos que el equipo
también realizó, predicen que la mayor parte de las personas tendrá un riesgo
elevado de inflamación de las vías respiratorias en la segunda mitad del siglo
debido a las temperaturas más altas y al aire más seco. Los investigadores
concluyeron su trabajo diciendo que estos resultados tienen implicaciones para
otros mecanismos fisiológicos del cuerpo, a saber, el ojo seco y el movimiento
del agua en los revestimientos mucosos del ojo.
El informe completo pue publicado en la revista Communications
Earth & Environment
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