Un gran equipo multiinstitucional de investigadores médicos informa que administraron el péptido ACBP a ratones anoréxicos y se estimuló la alimentación.
Los investigadores centraron su trabajo en la proteína de unión acil-coenzima (ACBP), que se sabe que estimula el hambre a través de interacciones con ciertas neuronas cerebrales. Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con anorexia tienden a tener niveles más bajos en el torrente sanguíneo; algunas investigaciones también han encontrado asociaciones entre los niveles de ACBP y la estimulación del hambre. Los investigadores analizaron los registros de pacientes hospitalizados por anorexia, todos los cuales presentaban niveles de ACBP inferiores a lo normal, un hallazgo que podría explicar el alto nivel de recaídas del trastorno.
Como el ACBP solo se libera en el cuerpo cuando las células se descomponen, el equipo de investigación tuvo que encontrar otra forma de lograr que los ratones anoréxicos comenzaran a producir más de forma natural. Modificaron genéticamente sus células hepáticas para que produjeran ACBP cuando se exponían a la biotina; algunos de los ratones se volvieron anoréxicos sometiéndolos a estrés, a otros administrándoles medicamentos de quimioterapia.
Después de inducir los síntomas de anorexia, el equipo administró biotina a los ratones para aumentar sus niveles de ACBP, lo que superó el estrés y los medicamentos de quimioterapia, lo que permitió que los ratones sintieran hambre y comenzaran a comer.
Los investigadores también descubrieron que la ACBP añadida silenciaba la actividad de los receptores de melanocortina 4 en el hipotálamo, que se sabe que desempeñan un papel en la supresión del apetito.
Este artículo fue publicado en la revista Science Translational Medicine.
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