El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo humano y desempeña un papel crucial en el procesamiento de toxinas, como el alcohol. El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede provocar diversas enfermedades hepáticas, desde hígado graso hasta cirrosis. El hígado tiene una capacidad impresionante para repararse a sí mismo después de haber sido dañado, pero no puede regenerarse por completo si ya existen cicatrices importantes.
Después de sólo dos o tres semanas de abstenerse de consumir alcohol, el hígado puede sanar y funcionar normalmente en las personas con hígado graso. Incluso en casos de inflamación del hígado o cicatrices leves, se observan reducciones significativas en la grasa del hígado, la inflamación y las cicatrices hepáticas dentro de los siete días posteriores al abandono del alcohol.
Para los bebedores empedernidos con cicatrices más graves o insuficiencia hepática, abstenerse de consumir alcohol durante varios años reduce el riesgo de empeorar la insuficiencia hepática y morir. Sin embargo, el abandono arrepentido del alcohol puede provocar el síndrome de abstinencia de alcohol y se recomienda el asesoramiento médico a los consumidores crónicos de alcohol.
Dejar el alcohol también tiene efectos positivos sobre el sueño, la función cerebral, la presión arterial y reduce el riesgo de diversos cánceres y enfermedades cardiovasculares. La abstinencia de alcohol debe formar parte de un estilo de vida saludable, junto con una dieta equilibrada y ejercicio físico regular. No beber o beber con moderación, pasando días o semanas sin alcohol puede ayudar a mantener un hígado sano sin depender únicamente de su poder de autocuración.
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