Varias variantes del SARS-CoV-2 pueden infectar el sistema nervioso central. Estas variantes incluyen la cepa original de Wuhan y las variantes gamma, delta y omicron/BA.1.
Todas las variantes del SARS-CoV-2 se propagan al sistema nervioso central e infectan el bulbo olfatorio.Esta infección no está específicamente relacionada con manifestaciones clínicas como la anosmia.
La incidencia de pérdida olfativa es menor en ciertas variantes con la proteína ORF7ab truncada, aunque la infección neuronal permanece sin cambios. Esto sugiere que la anosmia y la infección neuronal son fenómenos independientes.
El SARS-CoV-2 puede moverse tanto en dirección anterógrada como retrógrada a lo largo de los axones dentro de las neuronas. Esto indica que el virus puede explotar eficazmente los mecanismos fisiológicos de las neuronas.
La investigación confirma que la infección cerebral a través del bulbo olfatorio es una característica común del SARS-CoV-2 y sus variantes. Otros estudios explorarán la persistencia del virus en el cerebro y su potencial para inducir inflamación persistente y síntomas prolongados de COVID.
El siguiente paso es investigar si el virus puede persistir en el cerebro más allá de la fase aguda de la infección y si la presencia del virus puede provocar una inflamación persistente y síntomas prolongados de COVID, como ansiedad, depresión y confusión mental.
El estudio fue realizado por investigadores del Instituto Pasteur y de la Universidad Paris Cité y fue publicado en la revista Nature Communications.
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