Nuestras preferencias personales afectan la velocidad y el grado de creatividad en la generación de nuevas ideas. Estas preferencias también determinan qué ideas elegimos para explorar y comunicar.
La creatividad se define como la capacidad de producir ideas originales y relevantes en un contexto dado.
Un grupo de investigadores del Inserm en el Paris Brain Institute se trazaron como objetivo comprender los mecanismos cognitivos que subyacen al pensamiento creativo.
El proceso creativo consta de dos fases: generación de ideas y evaluación de ideas. Sin embargo, se sabe poco acerca de cómo ocurre la evaluación y por qué ciertas ideas se retienen sobre otras. La evaluación subjetiva juega un papel importante en la creatividad.
Los investigadores encontraron una correlación entre la velocidad de generación de ideas y la apreciación de esas ideas por parte de los individuos. El proceso de evaluación combina dos criterios subjetivos: originalidad y pertinencia. La importancia de la originalidad y la relevancia varía entre los individuos. Algunos priorizan la originalidad, mientras que otros priorizan la relevancia. Los individuos inclinados hacia las ideas originales sugieren conceptos más inventivos.
El equipo desarrolló un modelo computacional para comprender las relaciones entre exploración, evaluación y selección en la creatividad. El modelo predijo la velocidad y la calidad de las propuestas creativas en función de las preferencias de los individuos. Esto resalta la naturaleza mecánica del impulso creativo.
Los investigadores pretenden definir diferentes perfiles de creatividad en función de los campos de actividad de los individuos. También buscan comprender los entornos que promueven o inhiben la creatividad.
El equipo planea explorar ejercicios cognitivos para modificar o reeducar el perfil creativo de uno. Estas preguntas siguen abiertas, pero los investigadores están decididos a encontrar respuestas.
Las preferencias personales influyen significativamente en el proceso de creatividad. Comprender estas preferencias y su impacto puede ayudar a fomentar el crecimiento personal y la innovación. Se necesita más investigación para descubrir los mecanismos neurocomputacionales precisos que subyacen a la creatividad.
El estudio fue publicado en American Psychologist.
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