Investigadores de la Universidad de Leiden muestran esto en un nuevo estudio lo que sugiere que los métodos de tratamiento para enfermedades autoinmunes también podrían ser efectivos para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple (EM), el reumatismo y la diabetes tipo I surgen porque el sistema inmunitario ataca las proteínas del propio cuerpo. Por lo tanto, los pacientes que padecen enfermedades autoinmunes a menudo son tratados con medicamentos que inhiben el sistema inmunitario.
Investigaciones clínicas recientes muestran que la inhibición de las células inflamatorias también puede ser efectiva en enfermedades cardiovasculares, reduciendo significativamente el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, los investigadores de Leiden se preguntaron si la arteriosclerosis también podría ser una enfermedad autoinmune.
En colaboración con UMC Utrecht, Amsterdam UMC y el hospital HMC Westeinde de La Haya, analizaron las células inflamatorias en la sangre y el tejido de calcificación arterial de pacientes sometidos a cirugía de la arteria carótida. Se destacó un tipo de célula inmunitaria: la llamada célula T colaboradora, que desempeña un papel central en el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Esta célula fue notablemente activa en tejido afectado por calcificación arterial. La célula se parecía a las células T colaboradoras de pacientes con artritis psoriásica como dos guisantes en una vaina. Por lo tanto, parece muy probable que el mismo tipo de célula T que causa la artritis psoriásica también desempeñe un papel en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.
Hace tiempo que se sabe que las células T auxiliares desempeñan un papel nocivo en las enfermedades autoinmunes y, para la artritis reumatoide y la diabetes tipo I, ya se están desarrollando varias terapias para eliminar estas células T dañinas. El descubrimiento de que estas células también están involucradas en el desarrollo de la arteriosclerosis también hace que el desarrollo de una terapia de este tipo para las enfermedades cardiovasculares sea atractivo.
La identificación de esto es crucial. Solo entonces se puede desarrollar un tratamiento que desactive las células T, sin afectar al resto del sistema inmunitario.
El estudio fue publicado en la revista Nature Cardiovascular Research.
No hay comentarios :
Publicar un comentario