Un consorcio internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Sydney ha desarrollado esta tecnología con importantes implicaciones para el futuro de la cirugía.
Las pruebas preclínicas encontraron que luego del trasplante del vaso sanguíneo fabricado en ratones, el cuerpo aceptó el material, con nuevas células y tejido creciendo en los lugares correctos, en esencia transformándolo en un vaso sanguíneo vivo. Si bien otros han intentado construir vasos sanguíneos con varios grados de éxito antes, esta es la primera vez que los científicos han visto desarrollarse los vasos con un grado tan alto de similitud con la estructura compleja de la naturaleza.
Actualmente, cuando los niños sufren de un vaso anormal, los cirujanos no tienen más remedio que usar vasos sintéticos que funcionan bien durante un tiempo breve, pero inevitablemente los niños necesitan cirugías adicionales a medida que crecen. Esta nueva tecnología proporciona la base emocionante para los vasos sanguíneos fabricados que seguir creciendo y desarrollándose con el tiempo ya que por primera vez, se forman anillos concéntricos de elastina que pueden desarrollarse naturalmente dentro de las paredes de los tubos implantados.
A diferencia de los procesos de fabricación actuales de materiales sintéticos utilizados para cirugía, que pueden ser largos, complejos y costosos, este nuevo proceso de fabricación es rápido y está bien definido. El tubo fabricado también se puede almacenar de forma segura en una bolsa de plástico esterilizada hasta el trasplante.
El estudio se publica en la revista internacional Advanced Materials.
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