La fragilidad se define como la reducción de la reserva fisiológica y la capacidad para hacer frente a situaciones de estrés agudo. Hasta la mitad de los adultos mayores de 85 años viven con fragilidad y, por lo tanto, las medidas preventivas son muy necesarias.
Investigadores del Brigham and Women's Hospital, analizaron
datos de un ensayo clínico de más de 25.000 adultos estadounidenses, donde los
participantes completaron cuestionarios antes de que comenzara el ensayo, seis
meses después de su inicio y anualmente durante los cinco años de duración del
ensayo. La evaluación de la fragilidad incluyó medidas de función física,
cognición, estado de ánimo y salud general.
Los investigadores encontraron que ni la vitamina D 3 ni los
suplementos de ácidos grasos omega-3 tuvieron ningún efecto sobre las puntuaciones
de fragilidad durante el período de tiempo. Estos resultados no respaldan el
uso rutinario de suplementos de vitamina D 3 o ácidos grasos omega-3 para la
prevención de la fragilidad en adultos mayores generalmente sanos y es un
recordatorio importante de que los suplementos dietéticos no son píldoras
milagrosas ni elixires de la juventud.
El estudio se publico en JAMA Network Open.
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