Una investigación de la Universidad de Manchester ha revelado cambios en los vasos sanguíneos del cerebro, lo que podría representar un camino para desarrollar nuevos medicamentos que ayuden a combatir la enfermedad, del Alzheimer.
La superficie del cerebro está cubierta de pequeñas arterias, llamadas arterias piales, que controlan el suministro de sangre y oxígeno al cerebro. Si estas arterias se estrechan durante demasiado tiempo, el cerebro no puede obtener suficientes nutrientes. Esta es una de las causas de la pérdida de memoria que se observa en las personas con la enfermedad.
El descubrimiento de una versión más pequeña de la proteína, llamada amiloide-β 1-40 (Aβ 1-40), que se acumula en las paredes de las arterias pequeñas seria la causante de reducir el flujo sanguíneo al cerebro.
Cuando el equipo observó las arterias piales de ratones mayores con Alzheimer que producían demasiado Aβ1-40, encontraron que las arterias eran más estrechas en comparación con las de los ratones sanos. Apreciaron que este estrechamiento se debe a que Aβ 1-40 desactiva una proteína llamada BK en las células que recubren los vasos sanguíneos. Cuando funciona normalmente, BK envía una señal que hace que las arterias se ensanchen.
Para confirmar que Aβ 1-40 impidió que BK funcionara correctamente, empaparon arterias piales sanas en Aβ 1-40 y midieron las señales enviadas por la proteína BK después de una hora. Aβ 1-40 debilitó estas señales, lo que provocó que las arterias se estrecharan.
Los investigadores ahora planean investigar qué parte de Aβ 1-40 bloquea la proteína BK, de modo que se puedan desarrollar y probar medicamentos para evitar que esto suceda como un tratamiento muy necesario para evitar que la enfermedad de Alzheimer progrese y ahorrarle a las personas el dolor de perder su memoria.
Este estudio fue publicado hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
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