Muchas moléculas en nuestro cuerpo ayudan a nuestro sistema inmunológico a mantenernos saludables, una molécula, llamada AIM2, es parte de nuestra inmunidad innata, establecida desde el nacimiento, para combatir los patógenos y mantenernos saludables. Pero se sabía poco sobre la contribución de AIM2 a la inmunidad adaptativa de las células T en respuesta a patógenos particulares y problemas de salud que desarrollamos a lo largo de nuestras vidas.
Ahora, los científicos de la Facultad de Medicina de la University
of North Carolina Health Care (UNC), descubrieron en un estudio con ratones que
AIM2 es importante para el correcto funcionamiento de las células T reguladoras
y juega un papel clave en la mitigación de las enfermedades autoinmunes. Las células
Treg son una población de células inmunes adaptativas que previenen una
respuesta inmune excesiva, como las que ocurren en las enfermedades
autoinmunes.
Publicada en la revista Nature, la investigación muestra que
AIM2 en realidad se expresa a un nivel mucho más alto en las células Treg del
sistema inmunológico adaptativo que en las células inmunitarias innatas.
Las respuestas inmunitarias normales se llevan a cabo tanto
por la inmunidad innata como por la inmunidad adaptativa para combatir los
patógenos y mantener la estabilidad biológica. Pero estas respuestas deben
regularse para que no se intensifiquen y causen una gran cantidad de problemas
de salud diferentes además de lo que causó originalmente el patógeno. Los
distintos tipos de células y moléculas desempeñan funciones discretas en la
regulación a la baja de la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. Este
trabajo muestra que AIM2, en células Treg, es uno de ellos. Las células Treg
amortiguan las respuestas inmunes exuberantes, por lo que son fundamentales
para el control y equilibrio del sistema inmunológico.
La función deteriorada de las células Treg a menudo perturba la estabilidad del sistema inmunológico y puede desencadenar enfermedades autoinmunes e inflamatorias. Debido a que las células Treg son actores bien conocidos en una amplia gama de enfermedades que incluyen autoinmunidad, inflamación y cánceres, estos hallazgos nos ayudarán a identificar nuevos objetivos moleculares y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para realizar pruebas contra enfermedades debilitantes y fatales.
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