Los científicos trataron a algunos de los ratones con THC, mientras que los ratones del grupo de control recibieron solo un vehículo, que es similar a un placebo. Al final del estudio, los ratones que recibieron THC no mostraron tumores, a diferencia del grupo de control. Los ratones del grupo de THC también tenían una inflamación colónica significativamente menor, que es un síntoma de la enfermedad inflamatoria intestinal EII.
Los investigadores descubrieron que el compuesto se une al receptor de cannabinoides tipo 2 (CB2), que se expresa en las células inmunitarias y en todo el sistema gastrointestinal. Los receptores CB2 modulan la inflamación en el intestino y los científicos los han identificado previamente como un objetivo terapéutico potencial para la EII. Este estudio proporciona una valiosa prueba de concepto para esta idea y también proporciona amplios detalles mecánicos sobre cómo funciona la vía, mostrando que la acción de la unión del THC al receptor CB2 desencadena un proceso antiinflamatorio. Como resultado, es menos probable que las células del intestino secreten moléculas proinflamatorias y, en cambio, secreten moléculas antiinflamatorias. Estas moléculas reclutan células T reguladoras, que son un tipo de célula inmunitaria que puede ayudar a resolver la inflamación y proteger contra el cáncer.
Estos hallazgos hacen avanzar la comprensión biológica de la EII y serán beneficiosos para los esfuerzos futuros de desarrollo de fármacos. Este estudio no recomienda el uso de cannabis para prevenir el cáncer de colon, simplemente indica que el desarrollo de compuestos no psicoactivos dirigidos al receptor CB2 puede ser beneficioso en personas con EII.
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