El SARS-CoV-2 está formado por múltiples copias de una glicoproteína, conocida como la 'proteína Spike', que juega un papel esencial en la infectividad viral ya que Spike se une a la superficie de la célula humana, lo que permite que el virus penetre en las células y comience a replicarse, causando un daño generalizado.
Inesperadamente, el análisis del equipo de investigación reveló la presencia de una pequeña molécula, el ácido linoleico, enterrada en un bolsillo hecho a medida dentro de la proteína Spike. El ácido linoleico es un ácido graso libre, indispensable para muchas funciones celulares. El cuerpo humano no puede producir el ácido linoleico lo obtiene a través de la dieta y este juega un papel vital en la inflamación y la modulación inmunológica, que son elementos clave de la progresión de la enfermedad COVID-19 y también es necesario para mantener las membranas celulares de los pulmones para que podamos respirar adecuadamente.
El equipo de Bristol, basándose en sus datos, es optimista de que se puede seguir una estrategia para desarrollar fármacos antivirales de moléculas pequeñas contra el SARS-CoV-2.
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