En un estudio publicado en Cell
Metabolism, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard se afirma que
la enzima, prolil hidroxilasa 3 (PHD3), es la que detecta la disponibilidad de
nutrientes y los regula. Cuando los nutrientes son abundantes, PHD3 actúa como
un freno que inhibe el metabolismo innecesario de las grasas. Este freno se
libera cuando el combustible es bajo y se necesita más energía, como durante el
ejercicio. Bloquear la producción de PHD3 conduce a mejoras dramáticas en
ciertas medidas de aptitud..
Durante el estudio en comparación
con sus compañeros de camada, los ratones que carecian de la enzima PHD3
corrieron un 40 % más y un 50 % más en las cintas de correr y tuvieron un VO2
máximo más alto, un marcador de resistencia aeróbica que mide la absorción
máxima de oxígeno durante el ejercicio. Los hallazgos arrojan luz sobre un
mecanismo clave sobre cómo las células metabolizan los combustibles y ofrece
pistas para una mejor comprensión de la función muscular y el estado físico.
En estudios previos se observó
que en ciertos cánceres y algunas formas de leucemia, las células mutadas
expresan niveles significativamente más bajos de PHD3 y consumen grasas para impulsar
el crecimiento y la proliferación aberrantes. Los esfuerzos para controlar esta
vía como una estrategia potencial para tratar tales cánceres pueden ayudar a
informar la investigación en otras áreas, como los trastornos musculares.
Sin embargo, se necesitan más
estudios para dilucidar si esta vía se puede manipular en humanos para mejorar
la función muscular en situaciones de enfermedad, dijeron los autores.
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