La oxitocina, se ha asociado con
trastornos de salud mental como el autismo, el síndrome de Asperger, la
ansiedad social y la vulnerabilidad a la adicción. La hormona ejerce todos
estos efectos al unirse al receptor de oxitocina. Por lo tanto, las sustancias
que se dirigen al receptor de oxitocina tienen un gran potencial terapéutico
para una variedad de enfermedades. Un equipo del Departamento de Bioquímica de
la Universidad de Zúrich (UZH), ha determinado la estructura tridimensional
detallada del receptor de oxitocina y lo
unieron al fármaco retosiban, que fue desarrollado para logra su supresión.
Los científicos determinaron que
para permitir la propagación eficiente de la señalización inducida por
oxitocina, el receptor de oxitocina tiene que interactuar con dos sustancias
adicionales: colesterol y magnesiol. La determinación de la forma exacta del
receptor permitió a los investigadores identificar regiones de interacción para
ambas sustancias.
Estos hallazgos también podrían
ser directamente aplicables a los receptores de vasopresina que también se han
implicado en trastornos del espectro autista y esto podría impulsar el
desarrollo de nuevos medicamentos para una gama muy amplia de enfermedades
humanas graves y generalizadas.
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