La capacidad para controlarse reside en una zona del cerebro distinta a la responsable de generar acciones intencionadas o la que se activa al seleccionar entre diferentes alternativas. Según un estudio publicado en 'The Journal of Neuroscience', la identificación de esta área podría ayudar a explicar algunos trastornos psiquiátricos en los que el autocontrol está alterado.
Los resultados amplían la comprensión de la base neurológica de la toma de decisiones y podrían ayudar a explicar por qué algunos individuos son impulsivos mientras que otros son reacios a actuar, según explica el doctor Marcel Brass, del Instituto de Ciencias de la Conducta Humana y el Cerebro Max Planck, en Leipzig (Alemania) y principal autor del estudio.
Existe una clara diferencia entre la intención de golpear a alguien y hacerlo realmente. Muchos estudios que han buscado dónde se encuentra la zona del cerebro responsable de las acciones han relacionado los lóbulos frontales con la inhibición de respuestas a estímulos externos. Sin embargo, no está muy claro si las decisiones endógenas de actuar o de controlarse, aquellas que tienen un componente intencional y no están mediadas por un estímulo inmediato, involucran áreas similares del cerebro.
Para conocer si efectivamente los lóbulos frontales del cerebro están relacionados con el autocontrol, el doctor Brass, junto con Patrick Haggard, de la University College London, llevaron a cabo un estudio con 15 voluntarios sanos. A los participantes se les pidió que decidieran libremente presionar o no un botón mientras observaban un reloj de mano. También se les dijo que, en otro momento, cancelaran su intención de hacerlo. Mientras que llevaban a cabo estas acciones se llevaron a cabo imágenes de resonancia magnética funcional para valorar la actividad cerebral.
Los investigadores compararon las imágenes que obtuvieron en los ensayos en los que se realizó la acción con aquellas en las que finalmente se decidió no actuar. Así, pudieron comprobar que cuando los participantes se controlaban se activaba la corteza frontomedial dorsal (en la línea media del cerebro sobre los ojos), pero no la corteza prefrontal. Además, comprobaron que los participantes con una mayor activación del área frontomedial inhibieron acciones con más frecuencia.
"Los resultados iluminan un aspecto muy importante del control de la conducta en el cerebro, la capacidad para resistirse a hacer algo después de tener la intención de hacerlo; uno podría llamarlo 'libertad de no querer' frente a libertad de querer", explica la doctora Martha Farah, de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos). "Es muy importante identificar circuitos que permiten esa 'libertad de no querer' porque muchas enfermedades psiquiátricas presentan problemas de autocontrol, desde el déficit de atención hasta la adicción a las sustancias y varios trastornos de personalidad".
Los resultados amplían la comprensión de la base neurológica de la toma de decisiones y podrían ayudar a explicar por qué algunos individuos son impulsivos mientras que otros son reacios a actuar, según explica el doctor Marcel Brass, del Instituto de Ciencias de la Conducta Humana y el Cerebro Max Planck, en Leipzig (Alemania) y principal autor del estudio.
Existe una clara diferencia entre la intención de golpear a alguien y hacerlo realmente. Muchos estudios que han buscado dónde se encuentra la zona del cerebro responsable de las acciones han relacionado los lóbulos frontales con la inhibición de respuestas a estímulos externos. Sin embargo, no está muy claro si las decisiones endógenas de actuar o de controlarse, aquellas que tienen un componente intencional y no están mediadas por un estímulo inmediato, involucran áreas similares del cerebro.
Para conocer si efectivamente los lóbulos frontales del cerebro están relacionados con el autocontrol, el doctor Brass, junto con Patrick Haggard, de la University College London, llevaron a cabo un estudio con 15 voluntarios sanos. A los participantes se les pidió que decidieran libremente presionar o no un botón mientras observaban un reloj de mano. También se les dijo que, en otro momento, cancelaran su intención de hacerlo. Mientras que llevaban a cabo estas acciones se llevaron a cabo imágenes de resonancia magnética funcional para valorar la actividad cerebral.
Los investigadores compararon las imágenes que obtuvieron en los ensayos en los que se realizó la acción con aquellas en las que finalmente se decidió no actuar. Así, pudieron comprobar que cuando los participantes se controlaban se activaba la corteza frontomedial dorsal (en la línea media del cerebro sobre los ojos), pero no la corteza prefrontal. Además, comprobaron que los participantes con una mayor activación del área frontomedial inhibieron acciones con más frecuencia.
"Los resultados iluminan un aspecto muy importante del control de la conducta en el cerebro, la capacidad para resistirse a hacer algo después de tener la intención de hacerlo; uno podría llamarlo 'libertad de no querer' frente a libertad de querer", explica la doctora Martha Farah, de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos). "Es muy importante identificar circuitos que permiten esa 'libertad de no querer' porque muchas enfermedades psiquiátricas presentan problemas de autocontrol, desde el déficit de atención hasta la adicción a las sustancias y varios trastornos de personalidad".
1 comentario :
mi niño tiene movimientos de sus miembros superiores e inferiores y que no son decididos por el mismo son como ataques ,de movimientos fuertes aparte de dolores de hombro y de casi todo el cuerpo que enfermedad seria esto ya que yo tengo que llevarlo a el doctor y saber a que especialidad llevarlo ,aparte de que deseo saber que clase de enfermedad es la que aqueja a miniño de 10 años es un niño sano y no entiendo que pasa con su cerebro o su cuerpo.
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