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26 septiembre 2007

RCP Abdominal

Hacer sólo compresiones rítmicas abdominales, en lugar de presionar como es habitual en el tórax, aumentaría el flujo sanguíneo durante la resucitación cardiopulmonar (RCP). La RCP con compresiones rítmicas abdominales no necesita adicionar presión en el tórax ni respiración boca a boca, lo que elimina el riesgo de fracturas en las costillas y la transmisión de infecciones.
Estudios previos demostraron que la RCP convencional tiene una tasa de efectividad del 5 al 10 por ciento. Además, por cada minuto que pasa antes de comenzar las maniobras, la posibilidad de éxito se reduce un 10 por ciento.
"En otras palabras, a los 10 minutos, la resucitación es totalmente inútil. Todo procedimiento médico con una tasa de efectividad tan baja se abandonaría de inmediato. Pero la alternativa tampoco es muy buena; no hacer las maniobras de RCP hará que la persona muera", declaró Geddes.
La RCP con compresiones rítmicas abdominales fuerza el flujo vascular de la sangre alrededor de los órganos abdominales, un área que contiene un 25 por ciento del volumen de sangre de todo el cuerpo. Luego, la sangre se redirecciona a otras partes, incluida la circulación alrededor del corazón.
Los investigadores hallaron que con la RCP con compresión abdominal llegaba un 60 por ciento más de sangre al corazón que con las maniobras sobre el tórax y el mismo nivel de esfuerzo.
Además, no se halló evidencia de que las compresiones rítmicas abdominales lesionaran los órganos abdominales y se evitaron las fracturas de costillas.

¿Mi Pareja tiene Cancer y Ahora el Sexo ?

Como han admitido los especialistas en sexología reunidos en el marco del 14 congreso de la Organización Europea de Cáncer (ECCO) no sólo los tumores que afectan al aparato genitourinario repercuten en las relaciones sexuales de los pacientes, sino en general cualquier diagnóstico de cáncer.
A consecuencia de la enfermedad puede reducirse el deseo sexual, aumenta el temor de la pareja a hacer daño o lastimar al paciente durante el coito, aparece el miedo al rechazo por los cambios que sufre el propio cuerpo (mastectomías y otras cicatrices, alopecia...), y algunos síntomas físicos dificultan la penetración. En las mujeres, los tratamientos hormonales pueden provocar irritación y sequedad vaginal e impedir alcanzar el orgasmo; en el caso de los varones, la dificultad para alcanzar o mantener la erección es probablemente el más conocido, pero no el único.
"No es extraño que surjan dificultades para llegar al orgasmo, o que se experimente falta de eyaculación", ha explicado una de las ponentes, Isabel White, especialista del Cancer Research británico. "Otros efectos secundarios de las terapias, como las náuseas, la diarrea o las alteraciones de la piel tampoco hacen que uno se sienta muy sexy que se diga".
Miedo, rechazo, falta de autoestima...A menudo, ha añadido White, el miembro sano de la pareja experimenta sentimientos de culpa por pensar en mantener relaciones durante la enfermedad de su cónyuge, mientras que el paciente rechaza el contacto físico y todo acaba repercutiendo en un distanciamiento de ambos. "Es posible que algunos de los problemas sexuales ya existiesen antes del diagnóstico", ha añadido por su parte la especialista brasileña Alexandra Melo, de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto, "aunque el diagnóstico suele acentuar el miedo a fallarle a la pareja, la baja autoestima y el temor a infecciones o a que el tumor reaparezca".
Aunque existen metodologías muy diferentes para evaluar la función sexual de los pacientes oncológicos, los especialistas han abogado por diseñar programas específicos, que tengan en cuenta el contexto clínico en el que se va a desarrollar la intervención; y con personal especialmente formado para abordar el tema. "Y es importante no centrarse únicamente en el coito", apuntaba White, "porque eso excluye un montón de otras formas de expresión sexual".

Higado Graso

Una dieta rica en papas, pan y arroz blanco podría estar contribuyendo a una "epidemia silenciosa" de males del hígado, según investigadores estadounidenses. Los alimentos con alto contendio glucémico rápidamente digeridos por el organismo pueden fomentar el desarrollo de un "hígado graso" que incremente el riesgo de enfermedades graves, de acuerdo con expertos del Hospital Pediátrico de Boston, EE.UU.
Los resultados de un estudio sobre ese tema aparecen publicados en el último número de la revista especializada Obesity Journal.
La investigación se basó en experimentos con ratones. Los roedores alimentados con productos ricos en almidón desarrollaron el "hígado graso", al contrario de los que consumieron iguales cantidades de otros alimentos.
Después de seis meses siguiendo sus respectivas dietas, los dos grupos de ratones pesaban lo mismo.
Sin embargo, los que ingirieron alto contendio glucémico presentaron el doble de la grasa normal en sus cuerpos, sangre e hígado.
Esto se debe, según los especialistas, a que los carbohidratos procesados son absorbidos con rapidez por lo que generan la liberación de insulina la cual instruye al cuerpo acumular más grasa.
Expertos en obesidad calificaron de "bomba de tiempo" la tendencia a alimentar a los niños con dietas de alto contenido glucémico.
Entre los problemas que el "hígado graso" podría acarrerar figuran diabetes y varias insuficiencias hepáticas mortales.

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