Las cataratas siguen siendo una de las principales causas de ceguera en todo el mundo, especialmente en países con acceso limitado a equipos médicos avanzados. El tratamiento estándar consiste en una técnica llamada facoemulsificación, que utiliza ultrasonido o energía láser para disolver y eliminar el cristalino opaco del ojo.
Si bien las versiones modernas de esta cirugía con láser pueden mejorar la cicatrización y la precisión, requieren equipos costosos que están fuera del alcance de muchos países de ingresos bajos y medios . Esto deja a los pacientes de estas regiones con pocas opciones, lo que a menudo resulta en tiempos de recuperación más largos y peores resultados.
Un equipo de investigación de la Universidad del Sur de Florida ha presentado un nuevo enfoque que podría ayudar a abordar esta brecha en la atención ocular global. El equipo demostró un método para eliminar cataratas mediante un sistema láser de bajo costo con pulsos de milisegundos, construido con láseres de diodo disponibles comercialmente. A diferencia de los láseres de femtosegundo de alta potencia que se suelen utilizar en los sistemas de salud más ricos, este sistema es mucho más asequible y compacto.
Mediante modelos informáticos y pruebas físicas con materiales que imitan tejidos, los investigadores demostraron que su técnica láser puede licuar eficazmente material similar a una catarata sin dañar el tejido circundante. El efecto de calentamiento del láser está estrictamente controlado y limitado al punto de contacto, lo que reduce el riesgo de daños no deseados. El sistema utiliza pulsos de luz infrarroja cercana administrados a través de una sonda quirúrgica diseñada a medida. Sus experimentos sugieren que este diseño podría ser una alternativa práctica a la facoemulsificación láser tradicional en entornos donde no se dispone de equipos de alta tecnología.
Si se valida aún más en entornos clínicos, esta tecnología podría reducir significativamente el costo y la complejidad de la cirugía de cataratas. Esto ayudaría a brindar un tratamiento que salva la visión a millones de personas que actualmente carecen de acceso, especialmente en zonas rurales o países de bajos ingresos, donde la incidencia de cataratas aumenta rápidamente con el envejecimiento de la población.
El equipo espera que este estudio de prueba de concepto abra el camino para las pruebas clínicas y una adopción más amplia de la técnica en los próximos años.
El estudio fue publicado en la revista Biophotonics Discovery .
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