Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard han descubierto que el uso de estatinas reduce significativamente el riesgo de carcinoma hepatocelular (CHC) y descompensación hepática en pacientes con enfermedad hepática crónica (EHC). Las estatinas, en particular las lipofílicas como la atorvastatina y la simvastatina, se asociaron con una disminución sustancial de la probabilidad de cáncer de hígado y sus complicaciones. Un uso prolongado de estatinas aumenta aún más este efecto protector.
Actualmente, las enfermedades hepáticas metabólicas y
relacionadas con el alcohol son más comunes, lo que refuerza la importancia de
las estrategias para prevenir el CHC en estas poblaciones. Estudios
experimentales previos han indicado que las estatinas, ampliamente recetadas
para reducir el colesterol, poseen propiedades como efectos antiinflamatorios,
antifibróticos y antioxidantes. Estudios observacionales han respaldado una
asociación entre el uso de estatinas y la reducción de la progresión de la
enfermedad hepática, aunque las investigaciones anteriores a menudo se
centraban estrictamente en las causas específicas de la EHC o carecían de
evaluación de la progresión de la fibrosis.
En el estudio los investigadores realizaron un análisis de
cohorte histórica de datos del Registro de Datos de Pacientes de Investigación,
datos clínicos de hospitales dentro del sistema de atención médica Mass General
Brigham, que abarcan los años 2000 a 2023. Participaron 16.501 pacientes
adultos de 40 años o más con diagnóstico de EHC y una puntuación inicial en la
escala de Fibrosis-4 (FIB-4) de 1,3 o superior. Se dividió a los pacientes en
grupos de usuarios y no usuarios de estatinas. Los investigadores evaluaron la
incidencia acumulada a 10 años de carcinoma hepatocelular y descompensación
hepática, así como los cambios en la gravedad de la fibrosis hepática según la
puntuación FIB-4. Se ajustaron los factores de confusión mediante la
ponderación inversa de la probabilidad del tratamiento.
El uso de estatinas se correlacionó con una incidencia
significativamente menor de CHC, reduciendo la incidencia acumulada a 10 años
del 8,0 % entre los no usuarios al 3,8 % entre los usuarios de estatinas. Las
estatinas lipofílicas mostraron una mayor asociación protectora, reduciendo el
riesgo de CHC en un 36 % en comparación con la reducción del riesgo del 21 %
observada con estatinas hidrofílicas como rosuvastatina y pravastatina. El uso
prolongado de estatinas mejoró aún más estos resultados. Los pacientes a los
que se les prescribió al menos 600 dosis diarias acumuladas presentaron una
reducción del 40 % en el riesgo de CHC y del 36 % en la descompensación
hepática.
Al evaluar la progresión de la fibrosis entre un subgrupo de
7.038 pacientes con mediciones seriadas de FIB-4, los usuarios de estatinas
mostraron mejores resultados: menos progresaron a categorías de fibrosis de
mayor riesgo y más pasaron de categorías de alto riesgo a categorías de riesgo
intermedio o bajo.
Los hallazgos indican que el uso de estatinas se asocia con
reducciones significativas del riesgo de carcinoma hepatocelular y
descompensación hepática en pacientes con EHC. Las estatinas lipofílicas, especialmente
con el uso prolongado, demostraron los mayores efectos protectores, lo que
respalda su consideración como tratamiento preventivo del carcinoma
hepatocelular en pacientes con enfermedad hepática crónica.
El estudio fue publicado en la revista JAMA Internal Medicine.
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