Médicos de la Universidad Queen Mary de Londres y de la University College London han liderado el desarrollo de una terapia térmica dirigida simple y mínimamente invasiva que tiene el potencial de transformar el tratamiento médico de una causa común, pero comúnmente pasada por alto, de presión arterial alta.
La hipertensión arterial afecta a uno de cada tres adultos,
y uno de cada veinte casos se debe a un trastorno hormonal denominado
aldosteronismo primario. Sin embargo, menos del uno por ciento de los afectados
recibe un diagnóstico.
La afección se produce cuando pequeños nódulos benignos en
una o ambas glándulas suprarrenales producen un exceso de aldosterona, una
hormona que eleva la presión arterial al aumentar los niveles de sal en el
cuerpo. Los pacientes con aldosteronismo primario a menudo no responden bien a
los medicamentos estándar para la presión arterial y enfrentan mayores riesgos
de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal.
Hasta ahora, la única cura eficaz para el aldosteronismo
primario ha sido la extirpación quirúrgica de toda la glándula suprarrenal, que
requiere anestesia general, una hospitalización de dos a tres días y semanas de
recuperación. Como resultado, muchos pacientes no reciben tratamiento.
La terapia Triple T, conocida científicamente como ablación
por radiofrecuencia guiada por ultrasonido endoscópico ofrece una alternativa
más rápida y segura a la cirugía, ya que destruye selectivamente el pequeño
nódulo suprarrenal sin extirpar la glándula. Esto es posible gracias a los
recientes avances en las exploraciones diagnósticas, que utilizan colorantes
moleculares que identifican y localizan con precisión incluso los nódulos
suprarrenales más pequeños. Los que se encuentran en la glándula suprarrenal
izquierda se ven inmediatamente adyacentes al estómago, desde donde se puede
atacarlos directamente.
El nuevo tratamiento aprovecha la energía de las ondas,
adaptando dos técnicas médicas bien establecidas: la radiofrecuencia o las
microondas generan calor en una pequeña aguja colocada en el tejido
disfuncional, provocando una quemadura controlada; el ultrasonido utiliza ondas
sonoras reflejadas para crear un video en tiempo real del procedimiento.
En la Triple T, al igual que en la endoscopia de rutina, se
introduce por la boca una pequeña cámara interna (que en este caso utiliza
ultrasonidos y luz) hasta el estómago. El endoscopista visualiza la glándula
suprarrenal y guía una aguja fina desde el estómago con precisión hasta el
nódulo. Breves ráfagas de calor destruyen el nódulo pero dejan intactos los
tejidos sanos circundantes. Este enfoque mínimamente invasivo demora solo 20
minutos y elimina la necesidad de incisiones internas o externas.
El estudio de viabilidad de la ablación endoscópica por
radiofrecuencia, con guía ultrasónica, como tratamiento no quirúrgico
conservador de glándulas suprarrenales para adenomas productores de aldosteron
fue utilizado ya en 20 pacientes y comprobó que era seguro y eficaz, y la
mayoría de los pacientes tenían niveles hormonales normales seis meses después.
Los participantes pudieron dejar de tomar todos los medicamentos para la
presión arterial, sin que se produjera una recurrencia de la enfermedad.
Para los millones de personas que padecen aldosteronismo
primario no diagnosticado, esta investigación ofrece nuevas esperanzas. La
terapia térmica dirigida de forma segura, administrada por vía oral, podría
reemplazar una cirugía mayor, lo que permitiría una recuperación más rápida y
mejores resultados.
A este ensayo le seguirá un ensayo aleatorizado más amplio, que
comparará la TTT con la cirugía tradicional en 120 pacientes. Se esperan los
resultados en 2027.
Este avance, fue publicado hoy en la revista The Lancet
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