El montelukast, existe desde hace más de 20 años y generalmente se prescribe para reducir la inflamación causada por afecciones como el asma, la fiebre del heno y la urticaria.
Un estudio del Departamento de Reproducción Molecular, Desarrollo y Genética (MRDG), IISc, publicado en la revista eLife , demostro que este medicamento se une fuertemente a un extremo (C-terminal) de una proteína del SARS-CoV-2 llamada Nsp1, que es una de las primeras proteínas virales liberadas dentro de las células humanas. Esta proteína puede unirse a los ribosomas, la maquinaria de producción de proteínas, dentro de nuestras células inmunitarias y detener la síntesis de proteínas vitales requeridas por el sistema inmunitario, debilitándolo. Por lo tanto, apuntar a Nsp1 podría reducir el daño infligido por el virus.
El dr Tanweer Hussain, autor principal y su equipo primero usaron modelos computacionales para evaluar más de 1600 medicamentos para encontrar los que se unían fuertemente a Nsp1. A partir de estos, pudieron preseleccionar una docena de medicamentos, incluidos montelukast y el saquinavir, un medicamento contra el VIH. Luego cultivaron células humanas en el laboratorio que producían específicamente Nsp1, estas fueron tratadas con montelukast y saquinavir por separado, y descubrieron que solo montelukast podía rescatar la inhibición de síntesis de proteínas por Nsp1.
Posteriormente provaron el fármaco en virus vivos,y confirmaron que el medicamento podía reducir el número de virus en las células infectadas en el cultivo.
Hay informes que dicen que montelukast redujo la hospitalización en pacientes con COVID-19 pero los mecanismos exactos por los que funciona aún deben comprenderse por completo. El equipo planea trabajar con químicos para ver si pueden modificar la estructura del fármaco para hacerlo más potente contra el SARS-CoV-2. También planean seguir buscando medicamentos similares con una fuerte actividad antiviral.
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