Este incluye indicadores socioeconómico, demográfico, vivienda e higiene , salud género, etnia, edad, área y provincia de residencia y ingresos. Los resultados de la descomposición del índice encontraron que los indicadores de la dimensión de vivienda e higiene contribuyeron más a la vulnerabilidad de COVID-19.
El enfoque se baso en censos y encuesta comunitarias y consideró una gama más amplia de indicadores de cuatro dimensiones: Socioeconómico: logro educativo, empleo informal, propiedad de automóviles, acceso a los medios. Datos demográficos: hogares multigeneracionales, número de personas por habitación. Vivienda e higiene: tipo de vivienda, frecuencia de eliminación de basura, fuente de agua, instalación de saneamiento. Salud: estado de discapacidad, uso de medicación crónica, calidad de la atención sanitaria pública
Los hallazgos mostraron que las personas más vulnerables a la pandemia eran predominantemente las que provenían de hogares encabezados por mujeres, alrededor del 55 %, africanos 95 % y adultos mayores de al menos 55 años alrededor del 50 %. Aquellos que vivían en áreas rurales también eran más vulnerables. Los de bajos ingresos de los hogares, que representan el 75% de la participación de las personas vulnerables.
Los que se clasificaron como no vulnerables a la pandemia procedían de hogares encabezados por hombres (60 %) conformados con adultos relativamente jóvenes de entre 25 y 54 años y que viven en áreas urbanas.
Por último, los hogares que no poseen vehículos automotores y usan el transporte público y estén expuestas a grandes multitudes.y están integrados por miembros de diferentes generaciones son relativamente más vulnerables a la pandemia.
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